miércoles, 19 de abril de 2017

No a una reforma constitucional al estilo venezolano.

  
          Es verdad que no todo el Frente Amplio está de acuerdo con una reforma constitucional, pero es un hecho que cuando uno analiza quienes son los que insisten sin parar, un día sí y otro también, en una reforma de esas características, la conclusión se cae por su propio peso. Tanto el Movimiento de Participación Popular, el Partido Comunista, el Partido Socialista y el Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), si algo los ha caracterizado hasta ahora, no es solamente la obsesión por asfixiar impositivamente a quien trabaja más, sino también la defensa irrestricta del gobierno despótico de Maduro y la insistencia constante en una reforma constitucional muy parecida a la venezolana.
          Hubo en Venezuela proceso bolivariano porque tras la reforma constitucional de 2009, cayeron en un proceso de reelección indefinida. Los bolivarianos de acá no entran en este terreno, porque sería demasiado obvio hasta para el más desavisado visualizar a dónde realmente quieren ir, entonces argumentan tonterías para empezar a toquetear la Carta Magna a su gusto y paladar.
          Obsérvese estas raras coincidencias. Dice el Capítulo I del Título IX de la Constitución venezolana de 1999 cuando se refiere al procedimiento para realizar una enmienda constitucional, en el Artículo 340 que: "La enmienda tiene por objeto la adición o modificación de uno o varios artículos de la Constitución, sin alterar su estructura fundamental.". Todos sabemos que no es así y que hoy Venezuela es una dictadura monda y lironda basada en esa Constitución e incluso contra disposiciones de la misma.
          Razonan incluso de una forma muy parecida. Así en Venezuela se decía: "Las enmiendas a la Constitución se tramitarán en la forma siguiente:
1. La iniciativa podrá partir del quince por ciento de los ciudadanos y ciudadanas inscritas en el Registro Civil y Electoral; o de un treinta por ciento de los integrantes de la Asamblea Nacional o del Presidente o Presidenta de la República en Consejo de Ministros.
2. Cuando la iniciativa parta de la Asamblea Nacional, la enmienda requerirá la aprobación de ésta por la mayoría de sus integrantes y se discutirá, según el procedimiento establecido en esta Constitución para la formación de leyes.
3. El Poder Electoral someterá a referendo las enmiendas a los treinta días siguientes a su recepción formal.
4. Se considerarán aprobadas las enmiendas de acuerdo con lo establecido en esta Constitución y la ley respecto al referendo aprobatorio.
5. Las enmiendas serán numeradas consecutivamente y se publicarán a continuación de la Constitución sin alterar el texto de ésta, pero anotando al pie del artículo o artículos enmendados la referencia de número y fecha de la enmienda que lo modificó".
En el Uruguay es muy parecido solamente, que la vía por la cual implementar la reforma constitucional genera diferencias. Por ejemplo, en Venezuela primeramente se había anunciado que la iniciativa partiría de los ciudadanos, pero según Hugo Chávez el proceso sería engorroso y menos expedito, al tener que recolectar alrededor de 2.550.000 firmas, por ello se decidió que la forma más rápida debía ser a través de la Asamblea Nacional. En el Uruguay  el Partido Socialista y los comunistas son los únicos que hoy por hoy defienden la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente al estilo chavista. El resto de los sectores se inclina por la recolección de firmas para plebiscitar un proyecto de reforma de la Carta Magna y no es porque los tiempos no den a esta altura del partido, o los espacios políticos estén en barbecho ante la dimensión del desengaño frentista o los temas centrales se le estén confundiendo con los puntuales, como cree Daoiz Uriarte, o el Presupuesto de 2007 lo tenga subsumido en la reflexión sistemática como quiere hacer creer Danilo Astori, sino porque es vital para los sectores no tan identificados con el chavismo tratar en lo posible de disimular un poco y no marcar tanta bobera seguidista. Aunque parezca mentira en el momento que pierden la mayoría parlamentaria plantean un instrumento que exige el doble de los integrantes del Parlamento. Sólo el Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), el comunista y el socialista que viven en el limbo de la ideología bolivariana pueden en esta circunstancia actual soñar despiertos. Los demás no se tienen tanta fe.
Más allá de divergencias tácticas, estratégicamente están todos embarcados en un proceso de reforma constitucional de carácter bolivariano.
Si se analizan detenidamente los 10 puntos en cuestión, parece el mundo del revés de María Elena Walsh. Mientras se le quitan recursos a la Justicia y se pretende que los juicios los paguen ellos y para mentir abiertamente se proclama muy suelto de cuerpo que se debe "mejorar el funcionamiento al efecto de contribuir al acceso de la población a la Justicia", cuando no hicieron otra cosa que sancionar un Código Penal más benigno con la delincuencia. 
La idea de la coalición dice ser "garantizar un Poder Judicial independiente, imparcial, eficiente, eficaz y oportuno que sea el último garante de los derechos". Para eso se plantea "procurar" el mejor sistema para la selección, la designación, el ascenso y la capacitación de los jueces”. Todos sabemos que el sistema judicial ya es independiente y que lo que están buscando es incidir políticamente en los magistrados.
Se habla, por ejemplo, con total desparpajo, de potenciar las Comisiones Investigadoras parlamentarias cuando lo que han hecho es obstruirlas e impedirlas sistemáticamente.
En medio del rosario de adefesios que significan estos 10 puntos, se quiere volver al voto consular cuando éste fue rechazado abierta y mayoritariamente por la población en el Uruguay y faltaba más, entrar a toquetear la propiedad privada, que como todos sabemos es un derecho humano garantizado por las Naciones Unidas, para posibilitar más abiertamente la ocupación de viviendas y terrenos.
Hablan además un lenguaje sub realista. Quieren consagrar un Sistema Nacional de Cuidados cuando no han sabido implementarlo, quieren cambiar la relación de los empleados con los empleadores para poder ocupar fábricas y lugares de producción a como se le des la gana a estos expropiadores que lo único que saben hacer es destruir el empresariado interno y correr las inversiones.
Es una reforma sin nada importante para el bien del país, puramente politiquera, preocupada en ganar en primera vuelta sin balotaje, y que se vote todo junto los comicios departamentales y los nacionales para que no quede claro que a nivel municipal sacan menos votos que en el plano nacional.
En este sentido de la tan manida reforma constitucional todos recordamos a Lucía Topolansky cuando decía que hay que eliminar el Senado" y "rever la representación en las proporciones de la ciudadanía para que sea una cámara de representación más directa", y de esa forma darle "otras agilidades" al trámite parlamentario y guarangadas al estilo de crear nuevos departamentos unificando a los que ya existen.
Es evidente que cuando no se tiene nada concreto realizado que ofrecerle como conquista a la ciudadanía, seguir lanzando perdigonadas al aire parece ser la única estrategia a seguir por una fuerza política que ve con miedo que se le termina el marco regional de acción que ha tenido hasta ahora.





Si no puedes ver el video haz click aquí