jueves, 29 de diciembre de 2016

El triunfo de Trump cambió el escenario




El triunfo de Trump cambió el escenario. Van a subir las tasas de interés y por ende, la deuda externa. Se termina un ciclo y el gobierno no tiene más remedio que cumplir con las pautas fiscales.
          Las cosas van a ser distintas por sector. Aquellos que en el ciclo anterior, tipo Fripur, estuvieron muy favorecidos por la economía cerrada, serán los perjudicados. Otros como la construcción, tendrán una lenta, pero segura recuperación.
          El agro tendrá que esperar un cambio de gobierno.
          En todo este proceso dinámico de la recuperación de la economía, Brasil no podrá crecer en términos reales durante los próximos 20 años, lo que significa que ya no será nuestro cliente preferencial.
          Argentina necesita crecimiento económico sostenido, en donde el Estado es quien desordena la economía. El Estado argentino es un desordenador y no un ordenador.
          La región sigue siendo una zona volátil. Quien invierte es el especulador, el capital golondrina y eso no lo resuelve una supuesta “transparencia”, que lo que viene hacer es a darle nueva forma a lo mismo.
          El crecimiento del personal del Estado durante estos años, desde 2013 en adelante, es una de las causas más graves del crecimiento del gasto público. No se resuelve transfiriéndole el costo al sector privado.
          Uruguay está en una encrucijada, en dónde éste gobierno, emperrado en terminar con la clase media, lo único que hace es apagar el incendio con gasolina.
          Depender como depende nuestro país, del turismo punta esteño, la ganadería y la soja, no garantiza un destino promisorio. Los tiempos que corren, como venimos demostrando en este blogger son vertiginosos y ésta aceleración nos da una sensación de inestabilidad emocional, que tampoco ayuda a la recuperación de la economía. La cultura cívica está como adormecida, mientras al que trabaja se lo agobia impositivamente.
          Ya la gente se está dando cuenta de lo que perdió con estos gobiernos del Frente y hay desengañados para todos los gustos.
          La ruptura social que vinieron a generar, la grieta uruguaya, tienen intereses creados en no supurarla, sino en profundizarla. Hay sectores interesados en no reconocer el cambio que hoy se vive. Por eso Courtoisie está nervioso. La vida política le está dando una cachetada. Eso no quiere decir que quieran la Nación, o la entiendan, simplemente habitan un territorio con gente. Tienen miedo al juicio político.
          Se la ven venir.
          Se les derrumba todo. Por izquierda y por derecha.
       2016 puede que sea en la historia, el comienzo del fin. O no, o el comienzo del infierno a la venezolana.
          Las democracias también se suicidan.
          Sea como sea, aunque conserven el gobierno, el mapa mundial, les es totalmente adverso y el regional, mucho más.
          No me hago ilusiones, porque el hecho de que el gobierno esté en falsa escuadra, no quiere decir que la oposición encante electorado. Son temas de cosmética política. Pero en términos políticos, no pueden, aunque quieran en éste contexto, ir a lo de Venezuela o Cuba y eso los pone muy nerviosos y agresivos. Estaban en la etapa democrático burguesa y ahora están en la etapa, camino al abismo.
          En política el que se calienta pierde. Courtoisie es claramente, un rostro de la derrota y Gonzalo Mujica, la expresión de un ciclo que se termina. Por ahora, las cosas son así. No pueden reinventarse al estilo peronista y eso les duele.
          El partido demócrata norteamericano ha sido el único sostén que tuvieron, el que les gradualizó la decadencia del marxismo leninismo. Eso también se les termina. Los chivatos de almacén campestre que tiene la Embajada Norteamericana, van a recibir nuevas órdenes y Trump tiene intereses comerciales concretos con Uruguay y Argentina.
Todos sabemos que cuando ganan los republicanos, en un tris se termina el “izquierdismo”.
          Esperemos que el factor Trump, sea decisivo para un partido republicano, como el nacional uruguayo, que también abolió la esclavitud, trabajó por el libre comercio y bregó incansablemente por una sociedad de oportunidades.
          El Partido Nacional fue históricamente, el partido del American way of life. Que se fundamenta en las libertades públicas, como las concebía John Stuart Mill, y en el valor de la iniciativa privada, como la concebía Adam Smith. Un triunfo republicano, en Estados Unidos, es algo muy positivo, aunque no nos guste el sesgo personal de cierta forma de liderazgo, que desde aquí es difícil de entender.
          No se trata de estar con Donald Trump, se trata de ser entendidos por los republicanos y la ruta camino del partido, que como sabemos, es el camino de la libertad económica.
Hay que esperar sus primeros 100 días de gobierno para emitir una opinión.
Por ahora, le concedo el beneficio de la duda.
Una sola cosa es cierta, un ciclo se termina.



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