lunes, 28 de diciembre de 2015

Despejando el hilo de Ariadna conductor de la madeja petrolera.

Operação Lava Jato (en español: Operación lavado de autos), es el nombre que se le da a una investigación llevada a cabo por la Policía Federal de Brasil, cuya investigación judicial fue iniciada en 17 de marzo de 2014, con el cumplimiento de más de una centena de citaciones en busca de prisión temporal, teniendo como objetivo investigar un esquema de lavado de dinero sospechoso de mover más de 10.000 millones de reales brasileños. Y considerado por la Policía Federal, como la mayor investigación de corrupción de la historia de Brasil.
La operación recibió ese nombre debido al uso de una red de lavanderias y estaciones de servicio por una banda para mover valores de origen ilícito. La denuncia inicial partió del empresario Hermes Magnus, en 2008, cuando el grupo de acusados intento lavar dinero en su empresa Dunel Indústria y Comércio, fabricante de componentes electrónicos. A partir de la denuncia inicial, fueron emprendidas diferentes investigaciones que terminaron con la identificación de cuatro grandes grupos criminales, dirigidos por Carlos Habib Chater, Alberto Youssef, Nelma Mitsue Penasso Kodama y Raul Henrique Srour.
En el transcurso de la investigación se identificó a quien cambiaba dólares al margen de la ley, Alberto Youssef, quién había adquirido un vehículo Range Rover Evoque para Paulo Roberto Costa, ex-director de Petrobras. Fueron también recogidas evidencias de pagos indebidos realizados a las empresas contratistas de contratos en RNEST (Refinaria Abreu e Lima) para Alberto Youssef.
Hasta abril de 2014, la operación ya contaba con 46 personas acusadas por la creación y participación de la organización del crimen, delitos en contra del sistema financiero nacional, falsedad documental y lavado de dinero y 30 personas apresadas, entre ellas Alberto Youssef y el ex-director de Petrobras, Paulo Roberto Costa.
En junio de 2014, el ex-director negó cualquier participación en el esquema delictivo, sin embargo, luego de que la Policía Federal realizara investigaciones de búsquedas en empresas de la esposa, hijas y esposo de la hija, se encontró evidencia que tanto él, como su familia estaba incriminada en actos ilícitos. Paulo Roberto Costa decidió colaborar con el Ministerio Público Federal valiéndose del uso de la delación premiada, pudiendo obtener de esa forma una reducción considerable a su pena y la posibilidad de cumplimiento de la misma en régimen domiciliario, con el pago de una fianza.
En enero de 2015, el Ministerio Público Federal lanzó un portal que reúne una serie de informaciones, como el número de personas en proceso de investigación, cantidad de procedimientos instaurados y la totalidad de las denuncias presentadas. El prontuario fue producido por el grupo de trabajo que se ocupa de la operación, en colaboración con el Departamento de Comunicación de la Oficina del Fiscal General de la República.
En los 190 términos de los testimonios de Paulo Roberto Costa y Alberto Youssef, Dilma Rousseff fue citada once veces. En las declaraciones, consta que en la campaña presidencial de Rousseff en 2010 recibió $ 2 millones de reales del esquema de "propinas" de Petrobras. En las elecciones presidenciales de 2014, las contratistas investigadas por la operación Lava Jato donaron, juntas, casi 98,8 millones de reales a los candidatos a la presidencia que disputaban el segundo turno, Aécio Neves y Dilma Rousseff.
Las investigaciones contra el senador Aécio Neves fueron archivadas en marzo de 2015 por determinación del ministro Teori Zavascki, archivadas conjuntamente, con las investigaciones contra el ex-diputado Henrique Eduardo Alves.
El 6 de marzo de 2015, el ministro Teori Zavascki del Tribunal Supremo Federal, determinó reabrir 28 casos a 47 políticos sospechosos de estar involucrados con Petrobras. En la lista se encuentran congresistas, senadores y diputados, supuestamente envueltos en la receptación o entrega de sobornos de la petrolera estatal, además de dos operadoras del esquema. Para los abogados, "el mero inicio de la investigación" ya genera una "vergüenza enorme".
Pero el tema no concluye aquí. Un millonario negocio entre Petrobras y Repsol-YPF realizado en 2010 integra la extensa lista de operaciones de la petrolera estatal de Brasil, que la Policía Federal de ese país investiga, por sospechas de corrupción, en el marco de la ya explicitada Operación Lava Jato.
Se trata de la transacción del 30% de la refinería Alberto Pasqualini (Refap), en Rio Grande do Sul, que la empresa hispano argentina le vendió en diciembre de ese año a Petrobras, que ya poseía el otro 70%. Los investigadores indagan si el entonces director de Abastecimiento de la compañía brasileña, Paulo Roberto Costa, recibió una coima para facilitar el traspaso.
La petrolera brasileña y Repsol-YPF eran socias en Refap. En 2010, Petrobras le compró a su contraparte su participación minoritaria en la refinería por un valor de 850 millones de dólares, de los cuales 500 millones sirvieron para saldar una deuda de Repsol-YPF con Petrobras.
En la mira. El encargado de la operación fue Costa, hoy preso bajo la sospecha de haber sido el eje de un sistema de sobornos, lavado de dinero y financiamiento sucio a políticos en el seno de Petrobras. Al respecto es dable consignar que entre los papeles que la policía le incautó a Costa, se halló una planilla de contabilidad personal en la que el ex directivo anotó dos “entradas” por 500 mil reales (alrededor de 200 mil dólares) cada una, asociadas al nombre del doleiro Alberto Youssef, señalado como el “lavador” de dinero en la trama del escándalo del Petrolão.
El 13 de agosto de 2012, el propio Youssef registró esos mismos dos pagos en su propia contabilidad, bajo el rótulo “Refap” y en concepto de la décima y la onceava cuotas de un presunto acuerdo, por un total de 10 millones de reales (cerca de 4 millones de dólares). Eso fue dos semanas después de que se concretara y oficializara el traspaso total de la refinería a manos de Petrobras, lo que hizo sospechar a la Policía Federal que se trató de un soborno a Costa.
Como consignan los analistas políticos en Brasil, la Operación Lava Jato es un proceso inédito en la historia brasileña, que hasta hoy puso en jaque no sólo a políticos, sino también a los directivos de las mayores empresas de infraestructura del país.
Si miramos hacia Argentina vemos que en relación al modelo de gestión de Repsol en YPF, se puede observar que se caracterizó -y se caracteriza– por extraer todo el volumen de hidrocarburos posible, es decir, sobreexplotación de los yacimientos, sin realizar inversiones de capital de riesgo para mantener un horizonte estratégico de reservas (alrededor de 7 pozos anuales de exploración entre 1999 y 2005) y sin preocuparse por el daño medioambiental (como ocurrió catastróficamente en Mendoza y Neuquén), así como también practicando evasión impositiva y exportaciones no fiscalizadas en sus “declaraciones juradas”, como ha sucedido en Argentina y en Bolivia.
Por ejemplo, cuando se analiza la tabla dinámica de MS Excel “Producción y Pozos” de la Secretaría de Energía de la Argentina, se observa que en la hoja de cálculo “Distribución de la producción de gas natural” YPF S.A. presenta en la fila “Consumo en Yacimiento” los siguientes volúmenes de gas natural: 1.361 millones de m3 en 1999, 1.166 millones de m3 en 2000, 5.485 millones de m3 en 2001, 1.369 millones de m3 en 2002, 1.433 millones de m3 en 2003, 1.458 millones de m3 en 2004 y 1.474 millones de m3 en 2005. Estos datos sugieren un “blanqueo” de contrabando de gas natural; es decir, exportaciones no fiscalizadas. Porque es imposible técnicamente que el consumo en los yacimientos de YPF supere los 300 millones de m3 anuales. Situación similar se replica en las hojas de cálculo “Reinyectado a formación” y “Aventado”. Estos datos sugieren que YPF S.A. está cometiendo en Argentina irregularidades en las declaraciones juradas respecto a la extracción, comercialización en el mercado interno y exportación de hidrocarburos y derivados. Y también en la declaración de reservas certificadas y probadas de estos recursos de carácter estratégico.
Para entender lo que realmente sucede con Repsol y el entronque que esto tiene con la Operación Lava Jato, veamos el siguiente ejemplo ilustrativo: supongamos que Repsol YPF dice extraer en un año 10 metros cúbicos, paga regalías por esos 10 metros cúbicos, y oculta en sus declaraciones juradas los 18 metros cúbicos restantes de un total real de 28 metros cúbicos; y lo mismo se replica para el caso de las exportaciones, para pagar menos retenciones; y todo lo contrario ocurre cuando declara niveles de reservas probadas, ya que las “infla” para que la cotización de la compañía en las bolsas internacionales rinda cada año de acuerdo a sus intereses particulares, como sucedió hace un tiempo con la petrolera anglo-holandesa Shell.
Cualquier parentesco con lo de ANCAP es pura casualidad.



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