viernes, 13 de noviembre de 2015

El doctor no tiene quien le escriba (2)

  No bien se inició el actual gobierno y observando su estilo de gestión, escribí el 26 de junio de este año El doctor no tiene quien le escriba y parece ser premonitorio a lo que hoy sostienen los encuestadores y los politólogos.
     Confieso que no me da ningún placer este desquite retrospectivo, porque el mismo problema que tiene Vázquez lo tendría cualquiera en su lugar, sólo que el doctor se cree vivo y se burla de la oposición institucional mientras transa con la oposición interna, aunque tenga una dudosa representatividad.
     Lo he dicho muchas veces aquí: “Nunca segundas partes fueron buenas”. Perón 1 fue una cosa, Perón 2 otra y Perón 3 el genocidio. Felipe González 1 fue una cosa y los problemas los comenzó a tener Felipe González 2. Miterrand 1 supo hacerse querer y sin embargo a Miterrand 2 lo acusaban de falso maquí, falso partisano y de ser colaboracionista de los nazis. Si no hubiera muerto de cáncer hubiera terminado preso, porque también lo acusaban de corrupción.
     Entre nosotros Sanguinetti 1 representó la reconquista de la democracia y el cambio en paz y sin embargo Sanguinetti 2 tuvo todos los problemas internos que alguien pueda imaginar.
     Esa es la causa por la cual no es bueno reelegirse aunque constitucionalmente se pueda. Todos recordamos que Menem 1 fue muy querido con el 1 a 1 y la convertibilidad, empero fue ganar la reelección y al otro día se desata una feroz campaña interna contra él. Cristina 1 fue muy popular al punto que cuando se reelige lo hace por el 52 por ciento de los votos, sin embargo, allí mismo empezaron todos sus problemas, mientras buscaba como Menem la re reelección y gritaba como una estúpida: “Vamos por todo”.
       La causa por la cual esto puede ser así es porque el partido no tiene figuras creíbles de recambio y la gente busca la continuidad de una línea política apoyándose en un peso pesado, pero lo que ocurre en verdad es que el equipo de gobierno, aunque tenga las mismas figuras, representa a otros agentes intervinientes y eso la gente lo capta inmediatamente.
     Si al doctor le ocurre todo esto a casi 8 meses de asumir su mandato, es indecible lo que puede llegar a ser esto no bien se vea obligado a ajustar el dólar a la realidad regional.
      Muchos de los que votaron al doctor, se imaginaban un Vázquez ejecutivo que pega cuatro gritos y da un portazo como cuando era Intendente y todo el mundo calladito.
     Hoy ven a otro Vázquez -cosa que ya dijimos aquí-, que prefiere dar marcha atrás y quedar pagando antes de recibir el apoyo de aquella oposición que fue votada por la gente para jugar ese rol. Timón sin timonel, decía Cicerón, es una cáscara de nuez en el océano.
     Vázquez no entendió la ley fundamental que diferencia la táctica con la estrategia y que consiste en determinar con precisión dónde el guante de seda, dónde el guante de hierro y dónde el guante de box. Le gusta pegarle a Luis con el guante de hierro y quiere defenderse de los tiburones sindicales con el guante de seda.
     Lo que hoy estamos viendo rompe los ojos. El primer enemigo de todo frentista es el otro frentista. En ese conventillo arrabalero que es hoy el Frente Amplio están en una piñata a los codazos internos, las patadas, los pellizcos y las tocaduras de cola.
     El aislamiento del doctor es la consecuencia de su propia mentalidad. Carece de operadores políticos hacia el parlamento, no tiene mandos medios para implementar su política y tampoco tiene mayoría interna, tanto en el parlamento como en el Plenario del Frente Amplio.
     Su fuerza política está formada por gente totalmente diferente entre sí que se unifica a los chiflidos de “cuidado con el restauracionismo blanqui-colorado”. Esa es la razón por la cual tampoco está en condiciones de aceptar el apoyo de la oposición cuando más la necesita.
     Observése éste simple hecho: Si todos los temas, así sea la marihuana, el Fondes, el Antel Arena, la fallida intervención en la elección de un Ministro de la Suprema Corte, el TISA, la educación, la esencialidad, es lo importante y motivo de fricción interna abismal, entonces la gente capta que nada es importante, porque allí no saben ponerse de acuerdo fijando prioridades.
     Ya no se escuchan más cánticos a la unidad, a la madurez, en donde cada vez que un político frentista abría la boca decía: “Con mucha madurez venimos a este recinto parlamentario a plantear...”. El burro que ve más lejos, como le decían a Lenín, por lo visto sigue siendo burro, pero cada vez más miope.
     El poder, como lo maneja el doctor exige un nivel de cinismo que en realidad supera a cualquiera. Es como un violín, se toma por la izquierda pero se toca con la derecha, a condición de tener una mayoría “izquierdista” complaciente, obsecuente y bien mandada.
     En esa cueva de serpientes que ayer se arrastraban y ahora se atacan enfurecidas, el futuro del Frente ya no interesa, porque es evidente que el fin de Cristina en Argentina y un eventual triunfo de Macri los deja como un paraguas inútil a falta de lluvia y eso los lleva a una pugna feroz del tipo: “Agarrate gaviota, que no vas a ver otra”.