En
Argentina el único que está pensando en una mega devaluación es Scioli, porque
si uno los analiza bien, ve que todo lo que le achacan a los otros, es por
proyección psicológica enfermiza, lo que ellos son. Así, al otro día en que
Scioli lo acusaba a Macri de fondomonetarista, Axel Kicillof se saca una foto
con Lagarde, la directora del Fondo Monetario Internacional.
Mientras muy suelto
de cuerpo decía que: "Hay un triángulo de retroceso al pasado conformado
por los fondos buitre, el FMI y la Alianza Cambiemos”, sosteniendo que: “el FMI
se compromete a prestar a cambio de liberar el tipo de cambio, quitar
subsidios, ajustar". "Un ajuste real en salarios y
jubilaciones", advirtió.
Empero en ese
mismo momento Kicillof y Lagarde cruzaron una serie de palabras antes de
dirigirse al salón en el que se desarrollaba el almuerzo en el que los
referentes y jefes de Estado terminarían de pulir el documento final de la
Cumbre de Turquía. El ministro argentino también saludaba al presidente
estadounidense, Barack Obama, y al presidente chino, Xi Jinping.
El ministro de
Economía se mostró satisfecho por la decisión del G20 de reflejar en el
documento final de la Cumbre de Turquía la amenaza que significan los fondos
buitres y la necesidad de dar "predictibilidad" a los procesos de
reestructuración de deuda soberana. "El comunicado final es muy bueno.
Tiene un párrafo entero dedicado a la cuestión de los fondos buitre y de la
deuda, donde pone de manifiesto la necesidad de buscar formas destinadas a
salvaguardar a los países de los ataques de los fondos buitre", dijo
Kicillof.
Debe ser por
eso, que el comando cristinista se siente aliviado de que Macri encabece las
encuestas, porque no hicieron otra cosa que hipotecar el destino argentino al
Fondo Monetario Internacional y acusar a Mauricio de lo que ellos son y han
realizado.
El hecho
cierto, como bien dice Mauricio es que: "El Frente Para la Victoria ya no
tiene capacidad de darle gobernabilidad a la Argentina, ya nadie les cree más,
fueron demasiados años de mentir, de llegar al absurdo de negar lo que estamos
viendo" y agregaría yo, de tomarle el pelo en la cara a toda la opinión
pública.
Mientras tienen
el tupé de acusar a otro de ir a una mega devaluación, la crisis de las
reservas en el vecino país, entra en la recta final. De esta suerte, el Banco
Central aplica otro drástico recorte al cupo de divisas autorizado para el pago
automático de importaciones, que cayó de 75.000 a 50.000 dólares por operación
y por día. Esa cuotificación extrema es un intento desesperado de dosificar una
sangría que, sólo en las últimas dos semanas, le hizo perder al BCRA, US$ 1200
millones de las reservas, por sus intervenciones en el mercado.
Las cosas
llegan al punto de que el mismo Vanoli está desesperado porque no es nada
improbable que tenga que devaluar este gobierno antes de irse.
La
administración de Cristina Kirchner lleva 22 meses (tras el ajuste del dólar
convalidado a fines de enero de 2014) esforzándose por dejarle esa tarea a
quien la suceda, al punto de que no dudó en lanzar un nuevo ajuste en la
economía, con tal de lograrlo. Son casi dos años de aguante de una bomba de
tiempo, que como lo venimos diciendo aquí es la crónica de una muerte
anunciada.
La situación
llega a tal gravedad que la Cámara de Importadores de la República Argentina
(CIRA) se encargó de divulgar un nuevo alerta sobre la determinación oficial
entre sus afiliados. "Esto no hace más que sumar más y más empresas a la
legión de las que tienen problemas para girar divisas aunque cumplan con toda
la normativa", dijo, casi resignado, su Presidente, Diego Pérez Santisteban.
Mientras las
empresas importadoras se quedan sin espaldas para aguantar su producto por la
imposibilidad de acceder a las divisas con que importar, comienzan todos a
darse cuenta que habrá problemas en las líneas de producción.
Todos sabemos
que para una empresa importadora no es lo mismo que la mercadería llegue en
tiempo y forma dentro de su programa de producción que dos meses después,
porque eso impacta en la rentabilidad.
Mientras
también afectan el turismo por el recorte de paquetes de vuelo y hoteles en el
extranjero, sin embargo no se detiene la pérdida de divisas, que cerraron en
US$ 26.103 millones tras otra merma de 88 millones.
Ésta gente que
está al borde del abismo y lanzarle a quien viene un muerto, se da el lujo de
acusar a Mauricio de una mega devaluación cuando el mismo Kicillof fue al Fondo
Monetario Internacional a negociar el estropicio.
Lo mismo se ve
ahora en donde los candidatos se exponen a la opinión pública tanto argentina
como mundial.
Por ejemplo,
Scioli es un hijo de los 90' y, sobre todo, de su líder más importante, Carlos
Menem. Scioli votó como diputado la privatización de YPF y luego apoyó, como
gobernador kirchnerista, su estatización. No es creíble que ahora esté
dispuesto a rasgarse las vestiduras por la YPF estatal que, según Aníbal
Fernández, tiene las normas de una compañía privada. El kirchnerismo es
cosa sería y muy difícil de entender en su hipocresía venenosa y cinismo moral.
Si gana esta
gente, Argentina que ya está en un default técnico, marcha al default
definitivo.
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Todo un símbolo del nuevo rol
que ha de jugar la mujer argentina
en un gobierno de Mauricio