martes, 2 de diciembre de 2014

El Uruguay debe reparar a las víctimas de los tupamaros.

     Aquí se hizo justicia hasta la mitad. Falta la otra parte. 
     Si el asesino de Silveira Regalado pudo ser Presidente de la República y, está llamado a ser "un peso pesado" en el nuevo gobierno recientemente electo y si las Macarena Gelman fueron reparadas y van a ocupar un lugar en la Cámara Baja, mientras que en la alta el hijo del sedicioso Sendic es el fiel de la balanza, entonces, es de estrico rigor y justicia que se repare a las víctimas de los tupamaros y sus alrededores.