lunes, 1 de diciembre de 2014

Consejos útiles para chupar base.

    Están los que chupan linea y hacen seguidismo, porque van a la moda. A esos es fácil de ganar. Solamente se precisa un aparato ideológico y cultural.
    Como diría Jean Paul Sartré: «El infierno son los otros».
    Para ganar sectores de los partidos fundacionales, especialmente, los ligados al núcleo duro de Larrañaga, lo primero es no criticarles el dirigente, porque si se los ataca en bloque, se terminan unificando. De lo que se trata, es de ganar aquel sector que importa, el wilsonista, el de Mi Compromiso con Usted, el que fue a recibirlo al puerto cuando vino y después de obtenido el resultado, ignorar a los demás, haciéndoles una guerra de silencio.
    Lo primero que hay que observar es qué cosa tienen de ventaja comparativa que pueda estarle faltando a la fuerza política. En el caso de los blancos, que son muy ligados a la Iglesia Católica y van a misa todos los domingos, su ventaja comparativa son aquellos que están ligados a la enseñanza y la educación. Lo que hay que hacer en este caso es pagarle lo que pidan y subsidiar por esa vía la «enseñanza gratuita» sin importar lo que digan o dejan de decir los docentes de la enseñanza estatal, que se le dio un 4 por ciento del PBI y en vez de mejorar empeoraron las cosas. Nada indica que con un 6 por ciento vayan a mejorar algo.
    El interlocutor válido no debe ser nunca el dirigente político oficial, sino el cuadro, el mando medio, el secretario del secretario del secretario. Esa gente en la derrota piensa dos veces si seguir al lado de un gil, o irse con los que tienen la sartén por el mango y el mango también.
    A esos cuadros medios hay que darles cargo político y a los que se resisten acusarlos de reaccionarios, fascistas, conservadores. Hay que hacerlos sentir mal con ellos mismos, de modo que sientan que la única fuerza política que importa es la gubernamental.
    Una vez chupada la base hay que crearles un escenario cultural con gente que los aplaude hagan lo que hagan y digan lo que sea, de modo que sientan que no tiene tanta importancia la argumentación y la defensa de posiciones en el plano político e ideológico.
    Esto es otra cosa, no es una teoría, es una manera de sentir, es otra forma de ser.
    Cuando cumplieron con su función y supieron cohonestar los objetivos del programa mínimo, es fundamental sacárselos de encima.Tienen limitaciones pequeño burguesas, vienen de la burguesía, son su servidumbre y lo que se precisa son cuadros ideológicamente preparados.
    Para tal fin, lo correcto es que el mejor de ellos, sea el cabecilla de la gran purga contra ellos.
    La psicología de las masas es como la mente de una mujer. Protesta, pero no combate y cuando se da cuenta que no va a ningún lado se resigna buenamente a su suerte. Busca un líder, un macho alfa y al beta lo destrata, lo desconsidera. Por eso, para desacreditar sectores, gentes y opiniones hay que acusarlas de giles, de tontos, de nabos, de quirimbos, porque los alfas son así, no discuten y pleitean, imponen sus condiciones. No gimen, luchan, no protestan, combaten.