Todos los que hemos vivido este proceso histórico de «transición» intransitable a lo Sanguineti, sabemos que el inventor de Vázquez, se llama sanguijuela.
Hemos visto en el último período que Borda y Barre a la perfección, le hizo el caldo gordo, hasta niveles inconcebibles.
Que la mentalidad colorada prefiere el castro comunismo, a un gobierno del partido nacional.
Que el batllismo es la nueva y «renovada» identidad del Fraude Amplio.
Es duro para el Uruguay del siglo XXI.
Hay que ponerle vacelina al traste.
Hacer baños de asiento con malba.
Y si no es suficiente, Sheriproc.
A cierta altura en la vida, está claro que la honestidad y la dignidad humana, son conceptos sumamente relativos.
Los blancos, somos siempre, el pato de la boda.
El reino infantil frenteamplista y batllista, es así.