Siguen emperrados en destruir mi máquina. No se dan cuenta que desde un ciber de Pirápolis o de Las Piedras, puedo seguir diciendo mi verdad.
No les tengo miedo alguno a los americanos y sus socios comunistas.
¡Otarios, no preciso el Norton que enlentece la máquina y trabaja para un laboratorio de "La Compañía" y menos el AVIRA que lo inventaron ustedes para joder gente.
Podrán quemar neurona contra mí, pero a esta altura, ni ustedes, ni nosotros, como le gusta decir a Lorenzo, obtendrán un voto más o menos.
Si quieren saber cómo hago yo para detectar las inmundicias que ustedes largan, hablen conmigo y dejénse de joder por atrás.