lunes, 11 de agosto de 2014

Invasión (1)

       Daniel Scioli, Gobernador de Buenos Aires, y Antonio Bonfatti, Gobernador de Santa Fe, acordaron con Tabaré Vázquez, que 40 mil personas que no trabajan aquí, no pagan impuestos, ni sufren la inseguridad ciudadana que esta gente nos trajo, tengan licencia con goce de sueldo un día antes y un día después del último fin de semana de octubre, coincidiendo con las elecciones nacionales.
       Como les está faltando un 6% para ganar, esa gente es fundamental para dicha fuerza política, porque por lo visto, no la encuentra en los que vivimos aquí.
       No se podía esperar otra cosa, porque en ese país, ni Cristina Fernández, ni Héctor Timerman, pinchan ni cortan.
       Para suavizar las cosas dicen que “El FA trabaja con los responsables de la coalición en Buenos Aires para que al menos 15 mil uruguayos viajen a votar desde Argentina”. Es raro entender la razón por la cual a esta gente que aquí no vive, les va la vida defender un gobierno que no les da de comer.
       Porque era entendible que si se fueron del Uruguay furiosos en el 71’ o después, cuando llega “la esperanza” que les prometían “para que no se fueran”, debieran haberse expuesto a las vicisitudes que nos impuso el gobierno que se inicia en 2004. Pero nó, desde allá, nos dicen a los contribuyentes de acá, lo que tenemos que tener como Primer Mandatario.
       Sin entender absolutamente nada de Derecho Tributario vuelve a la carga con el tema, como su obsesión central, que es meterle la mano en el bolsillo a los que trabajan. No se dio cuenta que una ley del Derecho Tributario reza así: “A mayor presión, mayor evasión”.
       Es una obsesión que tiene, contra los que tenemos la desgracia de vivir en el Uruguay.
       Tabaré Ramón Vázquez Rosas y su elenco, no representan el empresariado, el industrial, el comerciante, el trabajador rural, el asalariado, el profesional universitario, el técnico calificado, como si lo representan los partidos fundacionales, que sin el concurso de ellos, no pueden gobernar.
       Vázquez, Martínez, $endic representan cierto tipo de corporaciones y multimillonarios que triangulan los flujos de capital hacia sociedades anónimas innominadas en Panamá o cualquier otra de las 34 islas, que son paraísos fiscales. Ellos no debitan de sus honorarios, eso no les importa, ellos viven de intereses y de la evasión impositiva en gran escala. Es tanto lo que tienen, que no lo pueden volcar al mercado, porque generaría una desestabilización en el flujo de la rotación del dinero, con la consiguiente inflación descomunal que eso traería aparejada.
       Son máquinas de succionar, que para volver pacífica su dominación, solventan lacras sociales y las usan en una lucha de pobre contra pobre.
       Hay un tema que nadie analiza: Esos multimillonarios razonan igual que la gente de ultra izquierda y muchos hijos de ellos se hacen terroristas. Las brigadas rojas en la Italia en su época, estaban formadas por hijos de multimillonarios.
       El capital, así encarado, como ellos lo amasan, es enteramente antisocial.
       Cuando viene la crisis financiera los bancos de crédito, cargan con las consecuencias de los errores de ellos especulando en los bancos de inversión.
       Tabaré Ramón Vázquez Rosas es un representante nato de esta gente. El error de ese paraguas protector que se llama Unidad Popular y de su columna vertebral que es el 26 de marzo, es no defender al pequeño y al mediano productor, al asalariado, al ahorro interno y, descolgarse con la defensa de una cosa, que al único que le sirve es a los multimillonarios, que experimentan con la gente. Defender Cuba y Venezuela es el indicador de que no les da la capacidad política para entender nada.
       No se hace acuerdos con esta gente contra el operador económico interno, sino antes bien, se busca amplios consensos con aquellas fuerzas que están interviniendo en el mercado y luego se ve con ellos, qué acuerdos son necesarios por el bien del país.
       En el mundo del revés, para gobernar, hay que pedirle 200 mil dólares a Soros ‑la caja chica de un multimillonario‑, y traer 40 mil habitantes aéreos para ganar las elecciones.
       Si se sigue amenazando con más impuestos a los operadores internos, quiere decir que son ellos, los de la comandita vazquista quienes quemaron las naves y se pusieron en el punto de no retorno.

       Sabrán porque.