Daniel
Scioli, Gobernador de Buenos Aires, y Antonio Bonfatti, Gobernador de Santa Fe,
acordaron con Tabaré Vázquez, que 40 mil personas que no trabajan aquí, no
pagan impuestos, ni sufren la inseguridad ciudadana que esta gente nos trajo, tengan
licencia con goce de sueldo un día antes y un día después del último fin de
semana de octubre, coincidiendo con las elecciones nacionales.
Como
les está faltando un 6% para ganar, esa gente es fundamental para dicha fuerza
política, porque por lo visto, no la encuentra en los que vivimos aquí.
No
se podía esperar otra cosa, porque en ese país, ni Cristina Fernández, ni Héctor
Timerman, pinchan ni cortan.
Para
suavizar las cosas dicen que “El FA
trabaja con los responsables de la coalición en Buenos Aires para que al menos
15 mil uruguayos viajen a votar desde Argentina”. Es raro entender la razón
por la cual a esta gente que aquí no vive, les
va la vida defender un gobierno que no les da de comer.
Porque
era entendible que si se fueron del Uruguay furiosos en el 71’ o después,
cuando llega “la esperanza” que les
prometían “para que no se fueran”, debieran
haberse expuesto a las vicisitudes que nos impuso el gobierno que se inicia en
2004. Pero nó, desde allá, nos dicen a los contribuyentes de acá, lo que
tenemos que tener como Primer Mandatario.
Sin
entender absolutamente nada de Derecho Tributario vuelve a la carga con el tema,
como
su obsesión central, que es meterle la mano en el bolsillo a los
que trabajan. No se dio cuenta que una ley del Derecho Tributario reza así: “A
mayor presión, mayor evasión”.
Es
una obsesión que tiene, contra los que tenemos la desgracia de vivir en el
Uruguay.
Tabaré
Ramón Vázquez Rosas y su elenco, no representan el empresariado, el industrial,
el comerciante, el trabajador rural, el asalariado, el profesional
universitario, el técnico calificado, como si lo representan los partidos fundacionales, que sin el
concurso de ellos, no pueden gobernar.
Vázquez,
Martínez, $endic representan cierto tipo de corporaciones y multimillonarios
que triangulan los flujos de capital hacia sociedades anónimas innominadas en
Panamá o cualquier otra de las 34 islas, que son paraísos fiscales. Ellos no
debitan de sus honorarios, eso no les importa, ellos viven de intereses y de la
evasión impositiva en gran escala. Es tanto lo que tienen, que no lo
pueden volcar al mercado, porque generaría una desestabilización en el flujo de
la rotación del dinero, con la consiguiente inflación descomunal que eso traería
aparejada.
Son
máquinas de succionar, que para volver pacífica su dominación, solventan lacras sociales y las usan en una lucha de pobre contra pobre.
Hay
un tema que nadie analiza: Esos multimillonarios razonan igual que la gente de
ultra izquierda y muchos hijos de ellos se hacen terroristas. Las brigadas
rojas en la Italia en su época, estaban formadas por hijos de multimillonarios.
El
capital, así encarado, como ellos lo amasan, es enteramente antisocial.
Cuando
viene la crisis financiera los bancos de crédito, cargan con las consecuencias
de los errores de ellos especulando en los bancos de inversión.
Tabaré
Ramón Vázquez Rosas es un representante nato de esta gente. El error de ese
paraguas protector que se llama Unidad Popular y de su columna vertebral que es el
26 de marzo, es no defender al pequeño y al mediano productor, al asalariado,
al ahorro interno y, descolgarse con la defensa de una cosa, que al único que le
sirve es a los multimillonarios, que experimentan con la gente. Defender Cuba y
Venezuela es el indicador de que no les da la capacidad política para entender
nada.
No
se hace acuerdos con esta gente contra el operador económico interno, sino
antes bien, se busca amplios consensos con aquellas fuerzas que están
interviniendo en el mercado y luego se ve con ellos, qué acuerdos son
necesarios por el bien del país.
En
el mundo del revés, para gobernar, hay que pedirle 200 mil dólares a Soros ‑la
caja chica de un multimillonario‑, y traer 40 mil habitantes aéreos para ganar
las elecciones.
Si
se sigue amenazando con más impuestos a los operadores internos, quiere decir
que son ellos, los de la comandita vazquista quienes quemaron las naves y se pusieron en el punto de no retorno.
Sabrán
porque.