viernes, 8 de agosto de 2014

A los barrenderos, no les importa el déficit fiscal

“Las mismas fuerzas que llevan a un hombre a la cumbre de su apogeo, son las que están, en la clave de su hundimiento”
Barry Lindon

       Cuando un candidato tiene el tupé de decir que a la gente con la cual él habla, no le importa el tema PLUNA, es porque se llegó al punto en donde Júpiter y Saturno, no están en conjunción alguna con su posibilidad de abrir la boca, seriamente, en ningún tema.
       En la cuadratura del espacio tiempo, pasó su momento, hoy los semi coros suben al podio y los diablillos de nivel uno, dominan el miasma de las barriadas montevideanas.
       El astral bajo, el denso, ajusta cuentas a los tiros bajo la luz mortecina de una luna llena, redonda, monda y serena.
       A los barrenderos, tampoco les importa el déficit fiscal.
    A las cajeras del supermercado, no les interesa la transparencia en la función pública.
      A los mozos de bar, no les importa el Producto Bruto Interno.
       A los electricistas, no les incumbe el control político de los entes del estado.
       A los feriantes, no les interesa quién pudo haber salido premiado en una exposición de pintura plástica.
       A los pacientes de Vázquez, no les interesa saber que quiere decir el término eutanasia o mala praxis.
       Son indoctos, hay que decirles cualquier cosa.
       Pero a todos les preocupa que después de pagar impuesto a la renta por su salario ganado con sangre, sudor y lágrimas, al doblar cualquier esquina, lacra social de lo peor venga a mangarlo, intimidarlo, prepotearlo o incluso robarlo.
       A todos les importa que quieren educar a sus hijos y en la puerta de los liceos los malandras son los dueños de la situación y ni los chiquilines, ni los maestros, maestras y profesores tienen seguridad alguna.
       Si a esto se le suma que se llega a saber a ciencia cierta que hay un faltante de 160 millones de dólares en ANCAP, y de 300 millones en PLUNA, puede que a los fervorosos cretinos de Vázquez, no les importe un comino, en cambio a la Suprema Corte de Justicia, sí. Pucha digo.
       La gente no se chupa el dedo y suele pagar en la práctica concreta del vivir, sus limitaciones teóricas, hasta el día que dice, “No va más”.
       “El hombre es una vara en el Universo”, dicen los japoneses, “pero es una vara que piensa”.
       Todos los hombres piensan, aunque pensar no sea la función de todo el mundo.

       Hoy sentimos que esta gente nos robó un Uruguay que es el que ahora debemos defender y que vivimos en una barriada de mala muerte, bajo la infinita luz de una luna llena, que augura corredores inciertos para mucha gente, allí, donde el hondo bajo fondo se subleva.


Luna Llena,
donde juegan los hombres su rencor, a cara o cruz.