La
del Frente es la interna que no termina y Constanza, el contrincante que lo va
marcando a presión a Vázquez y no lo deja jugar. Si son así en plena campaña
electoral, en donde se trata de seducir a la gente, dando la mejor imagen y
demostrando capacidad de ejecución para la gestión, no quiero ni pensar lo que va
a ser esto de ganar la elección, con o sin mayoría parlamentaria.
La
politóloga y Vázquez entienden tanto de política, como cualquiera de nosotros
del idioma chino.
No
se dieron cuenta de cosas que son elementales.
No
falta quien diga, no los avives. Pero no se trata de eso, porque jamás en mi
vida, vi tanta ignorancia junta.
Los
programas de gobierno son peticiones de principio, apuntan a
lo que a nivel jurídico se llama el debe
ser que la norma inspira.
Así, por ejemplo, el artículo 45 de la
Constitución dice que: “Todo habitante de la
República tiene derecho a gozar de vivienda decorosa. La ley propenderá a
asegurar la vivienda higiénica y económica, facilitando su adquisición y
estimulando la inversión de capitales privados para ese fin.”. La Constitución no
está diciendo que hay que salir corriendo a darle una vivienda a cada uruguayo,
sino que todo habitante tiene ese derecho. Es una petición para que se legisle
al respecto, no un imperativo de deber
ineludible.
Con los programas de
gobierno de cada partido político, ocurre exactamente lo mismo. Son peticiones
de principio que operan en el plano declarativo. El partido declara que lo que
quiere es esto o lo otro. Eso no significa que esté inmediatamente obligado por
un imperativo ineludible a hacerlo ya.
Es
lo mismo que ocurre en nuestras vidas, cuando hacemos una declaración jurada.
Nadie va a mandar un detective para averiguar si es cierto lo que se está
declarando. Pero la declaración fue hecha y firmada y si mañana se verifica que
está en contradicción, entonces sí se procede.
A
mi me enseñaron que no hay que jurar en
vano, sin embargo el Frente Amplio, se pasó la vida diciendo que no iba a
pagar la deuda externa y nadie le recriminó que hubiera jurado en vano. ¡Quién le puede creer algo a gente así, si no se ponen de acuerdo, ni ahí en
donde son oposición!
Gobiernan
así ellos: “Ni esto, ni lo otro, sino exactamente, todo lo contrario”.
Desde
el punto de vista jurídico es de una cortedad mental muy grande. Es una pelea
entre petisos intelectuales. Vázquez dice que va a respetar: “Hasta el último punto y coma”, lo que
significa que hay gente que desconfía de él y piensa –como pensamos todos-, que
va a gobernar y legislar a golpe de
balde.
La
chiruza desquiciada quiere cortar el bacalao y le dieron carretera.
Es tan atractivo votar la fórmula: “Tabaré-Constanza”, que realmente, es
admirable el espectáculo que se brinda, cuando enancados encima de supuestos
criterios que no son tales, no saben ponerse mínimamente de acuerdo, porque
ignoran qué es un programa de gobierno
y que rol juega en tanto petición de
principio.
Detrás
de todo esto hay una puja por cargos. Porque lo que Constanza quiere es estar en el ajo, ahí, cocinando cosas.
Vázquez
precisa lo que se llama ideas fuerzas
y su cabecita no le da ni para razonar nada.
Inicia
su campaña largando perdigonadas al aire y sobre
el pucho la escupida avanza viendo por donde puede meter el pincho.
¡No
se dieron cuenta que para el “Doctor” la política es un divertimento en donde hay que darlo por hecho y vivir en un desecho! Es todo así él.
La
politóloga, acostumbrada a medrar más
allá de las Candilejas desde su época de estudiante universitaria y a vivir
de guerritas estudiantiles por cualquier pavada, sigue en las suyas.
Vázquez
va a tener una bomba de tiempo en
varios temas: con Philip Morris en donde el equipo de abogados no supo llevar
bien el juicio, y con la marihuana que nadie sabe cómo la va a instrumentar, nada menos que él.
Mientras
le boicotean el negocio a los pobres quiosqueros no dejándolos ni siquiera
tener los cigarrillos a la vista, por el otro lado quieren imponerle a las
farmacias que vendan marihuana. Ya a los uruguayos se nos mira mal al salir,
porque creen que somos un país de faloperos.
Tienen
las tres características que repelen a cualquier persona con el alma bien
hecha: mala fe, ignorancia y estar de vivo.
Constanza
está de viva, igual que Vázquez, sólo que por lo visto, al presidenciable le
cuesta engrupir ahora.
En
política no importa el cargo.
Como
decía Wilson, no importa el abanderado,
sino la bandera.
Si
llegaron a este nivel tan bajo, es porque no tienen ni bandera.