miércoles, 16 de julio de 2014

A torturar se ha dicho

        En el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), van realizando talleres en degradación humana, correspondientes al programa Malos tratos a los internos.
        Se trabaja en el marco ausencia de sumarios vinculados a estos problemas.
        Es un equipo integrado por dominatrices y profesores de cachiporra de alta Misión y Visión.
        Aquellos que realizan esos talleres entienden con propiedad que hoy en día, hay que repensar las cosas, dado que el modelo de padre de familia ‑lo que los romanos llamaban el pater familiae‑ debe de ser redefinido y el cuidador es el encargado de ejercer la autoridad.
        El ejercicio de esta autoridad, también es reconsiderado, puesto que se necesita conducir al niño y el adolescente a niveles de degradación indispensables para realizar experiencias muy útiles a la hora de ir para más en el Uruguay.
        Si se estudia muy detenidamente lo que la tortura ha significado en la historia, se puede apreciar fácilmente que ha sido una preparación para someter a los hombres y reducirlos a esclavitud. Los regímenes que se preparan para el dominio totalitario de la población, lo primero que suelen realizar es un conjunto de experiencias pilotos con cierta gente, de modo de formar los equipos llamados a degradar posteriormente, todo vestigio opositor.
        En el mundo antiguo la tortura era el trato natural que los amos tenían hacia sus esclavos, cuando estos no entraban en razón y había que “sacarles el diablo del cuerpo”. Hoy en día, ya no juega ese rol, sino más bien el de preparación para encarar las disidencias sociales y políticas. Es una herramienta fundamental en aquellos que van para más y piensan perpetuarse.
        Se han hecho estudios que demuestran que la tortura lo único que genera en la víctima es vergüenza de sí mismo, insomnio, incoordinación motora, fuga de ideas y que en cambio al único que termina degradando es al torturador. Tiene al parecer un efecto opuesto al deseado: victimiza al victimario.
        La tortura, en principio, para no ir más lejos es un acto médico propiamente dicho, porque implica la intervención en el cuerpo de otra persona. No deja de ser básicamente un ejercicio ilegal de la profesión o una usurpación de título universitario, por lo cual a la larga son doctores los expertos en tortura.
        Políticamente es tanto más efectiva, cuanto más errática, arbitraria e indiscriminada sea, por la sencilla razón de que genera pánico colectivo ante todos aquellos que quieran oponerse al régimen imperante.
        Disocia la conciencia colectiva, que un sector de funcionarios públicos, a los cuales la sociedad les está pagando su salario, sean los encargados de torturar a quienes los están solventando. Las instituciones comienzan a ser extrañas para la población en general, y nadie reclama absolutamente más nada, de todo aquello, ante lo cual, dichos organismos están omisos.
        A su vez, la tortura es una degradación del diálogo judicial. Supone que todos los hombres son culpables hasta que se demuestre lo contrario y no al revés y por ende, criminaliza la opinión disidente.
       Se empieza torturando animales, se continúa con los niños y adolescentes y todos sabemos muy bien, como se termina.

LOS HECHOS

        El Hogar SER ocupa hoy la vanguardia, el casco, el punto de avanzada.
        Los denunciantes aseguran que hay funcionarios que orinan sobre los menores, los golpean y los dejan desnudos o en ropa interior durante varios días en pleno invierno. Afirman que esto es así desde hace un año, cuando Jessica Barrios (actualmente con licencia) asumió la dirección del hogar.
        José Enrique Márquez es funcionario de INAU y uno de los denunciantes. Dijo que Barrios y ocho trabajadores que ella llevó al lugar eran quienes golpeaban a los menores. Además, afirma que la jerarca amenazó a quienes denunciaran con ser expulsados, puestos a disposición o recibir malas evaluaciones.
        Barrios tiene tres denuncias penales en su contra, además de una investigación administrativa avanzada en el Sirpa. Sandra Giménez, abogada que representa a los familiares de adolescentes privados de libertad, contó a Subrayado que Barrios obligó a uno de los menores a comerse parte del papel de la citación judicial que recibió. “¿A tu madre le gusta denunciar? Ahora comete la denuncia”, le dijo al chico.
        Por su parte, Jorge Gago, integrante de la comisión del Sirpa, reconoció que hubo problemas de maltrato, pero recalcó que se hicieron las denuncias correspondientes. Afirmó además, que quienes dicen que hay torturas deben probarlo. “No se puede acusar a cualquiera”, dijo.
        Desde el sindicato del INAU, su presidente, Joselo López, afirmó que si hay denuncias se debe investigar y que si hay algún funcionario involucrado en estas situaciones, “no puede seguir trabajando en la Institución”.
        Quien está actualmente en lugar de Barrios es Alejandro Araújo, subdirector del Hogar Ser, quien dijo a Subrayado que en ese centro instauraron una frase: “la pelotita la tenés vos, vos decidís como se juega el partido”.
        A los menores “los cuelgan desnudos y los golpean” en hogares de INAU.
        Así lo afirma Sandra Giménez, abogada de internados en el sistema de responsabilidad penal adolescente. 
        Quince organizaciones de la sociedad civil se sumaron a la Institución Nacional de Derechos Humanos en el pedido de renuncia del directorio del Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente (Sirpa).
        Ese organismo califica la situación del Sirpa como “gravísima” y se basa para ello en las denuncias de malos tratos y torturas en los centros de rehabilitación.
        José Cioli fue uno de los funcionarios del Sirpa que inició la denuncia ante la institución y dijo a Subrayado que ya no trabaja más allí, ya que lo sacaron de forma compulsiva luego de perseguirlo laboralmente durante un año.
        Por su parte, Juan Fumeiro, del Comité de los Derechos del Niño, dijo que quieren que se cambie a toda la dirección del Sirpa por una que “tenga respaldo del sistema político y de la sociedad civil”, para enfrentar esta situación.
        Sandra Giménez, abogada que representa a 18 madres y padres de adolescentes internados en hogares del Sirpa, afirma que “ya no se puede ocultar” lo que está pasando en el Hogar Ser de la Colonia Berro.
        “Varios gurises que habían pasado por diferentes centros me narraban con lujo de detalles las torturas. Los cuelgan, ya sea de los barrotes o de un fierro, con las manos esposadas arriba de la cabeza, previamente los desnudan y los mojan con agua helada y los empiezan a golpear”, relató la abogada en el programa Poder Pensar del Canal 20.
        Agregó que los internos “crean formas de darse una mano entre ellos, se gritan por las mirillas y dan ánimo a los que están siendo golpeados”. Según contó Giménez, para ayudar al golpeado, alguno de sus compañeros pide para ir al baño y se pone en cuclillas debajo, para que pueda apoyar sus pies y aliviar el dolor.
        “Hay siete investigaciones que inició el Sirpa y un sólo funcionario separado del cargo hasta julio del 2014, con retención de la mitad del sueldo. No hay más sancionados. La directora del Hogar SER, sigue siendo la misma a la que se le acusa en la denuncia de las madres de estar en algunas de estas situaciones”, afirmó la abogada, que dijo que tiene a 12 funcionarios totalmente identificados.
        Las instituciones de derechos humanos insistieron en el Parlamento en que en los hogares del INAU hay "plantones" y malos tratos. El Comité por los derechos del Niño, el Ielsur y el Servicio Paz y Justicia dijeron el miércoles ante la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Representantes, que persisten en los hogares del INAU prácticas de malos tratos y, que no hay una clara orientación en la conducción de esos centros. El presidente de la comisión, el diputado colorado Gustavo Espinosa, contó a El País que los representantes de las instituciones mencionaron casos de "plantones" y de "paquetes", como se denomina a la situación que se produce cuando el joven con grilletes y esposas debe permanecer en posición incómoda por períodos prolongados.
        Según Espinosa, las instituciones -que han pedido la renuncia de Villaverde, director del SIRPA, que es un órgano desconcentrado del INAU-, denunciaron también que a los funcionarios que alertan sobre situaciones anómalas se los traslada o no se les renueva el contrato. También señalaron que no hay una clara orientación en la dirección de los centros que funcionan "a impulsos de los directores, sin que haya un programa uniforme" para todos ellos.
        Las instituciones reconocieron sí que se ha constatado un menor suministro de tranquilizantes a los internos y la puesta en marcha de obras que apuntan a bajar el hacinamiento aunque todavía, sostuvieron, se constata ingreso de drogas a los centros. El diputado se quejó de que no ha recibido respuesta a los muchos pedidos de informes que ha realizado sobre denuncia penales, vinculadas a fugas de establecimientos del INAU y a malos tratos.
          Por otra parte, una nutrida delegación de diputados de la Comisión de Población visitó ayer la Colonia Berro donde funcionan varios hogares y los representantes se retiraron con opiniones contrapuestas. El diputado oficialista, Julio Bango dijo a El País que hay "una mejora importante en el tema hacinamiento" y en la mayoría de las celdas se encuentran dos jóvenes, como debe ser. De todas formas, reconoció que en el hogar Piedras en algunas había tres e incluso cuatro. Bango dijo cree que el faltante de plazas todavía existente se resolverá con diversas obras antes de que termine el año. Según Bango, los jóvenes realizan más actividad física y trabajos de granja que cuando visitó las instalaciones hace dos años. "Hablé con 10 jóvenes y se está superando el tema del encierro", aseguró.


        El diputado nacionalista Pablo Abdala, sin embargo, señaló que la visita fue "parcial" y que hay un atraso "severo" en la ejecución de obras previstas a partir de los US$ 25 millones que el SIRPA recibió desde su creación en 2010. "Todo se supone que está en marcha pero hay un rezago", dijo. En el hogar Piedras, ejemplificó, 15 de los 45 jóvenes internados, duermen en el suelo. También señaló que jóvenes con los que habló, le comentaron que había días en que no salían de su celda y que había golpizas. El legislador también mostró su molestia porque el SIRPA no compartió con la comisión de Población de la cámara baja el informe de respuesta que le envió a la Institución de Derechos Humanos que lo había cuestionado. La institución sostiene que los jóvenes permanecen 23 horas al día en sus celdas.


       CONCLUSIONES

       Como son mayoría parlamentaria se niegan a una Comisión Investigadora y ponen toda esta documentación como secreta, para que no se pueda saber nada.
       Sin embargo, a esta altura del partido, es un secreto a voces que todos sabemos, menos los que tienen un balde en la cabeza.
       Como se puede apreciar, si se analiza el carácter concreto que tiene la tortura aquí, mientras por el otro lado le dicen a los jóvenes que no es con más represión que se resuelven las cosas y se desgarran las vestiduras con los izquierdos humanos, es claro el objetivo de avergonzar al otro y degradarlo como persona.
       “Los cuelgan, ya sea de los barrotes o de un fierro, con las manos esposadas arriba de la cabeza, previamente los desnudan y los mojan con agua helada y los empiezan a golpear”. ¡Qué sentido  educativo puede tener eso! Y sin embargo los chicos, que son victimarios que han agredido a la sociedad, “crean formas de darse una mano entre ellos, se gritan por las mirillas y dan ánimo a los que están siendo golpeados”, esto es, comienzan a sentirse víctimas. Lo que quiere decir que están logrando el objetivo inverso. El día que salgan, van a salir peor de lo que ya eran.
       Junto a esto, también se consigna, que ocurre: "a impulsos de los directores, sin que haya un programa uniforme".
       Hay un programa oculto en marcha; preparar los cuadros políticos, para un golpe civil en marcha.
       Hay un Uruguay que se les va de las manos, pero el Frente Amplio no se detiene.
       Vamos bien. Bien mal.
       Y van para más.