En el Instituto del Niño y Adolescente
del Uruguay (INAU), van realizando talleres en degradación humana,
correspondientes al programa Malos
tratos a los internos.
Se trabaja en el marco ausencia de sumarios vinculados a estos
problemas.
Es un equipo
integrado por dominatrices y profesores
de cachiporra de alta Misión y Visión.
Aquellos que realizan esos talleres
entienden con propiedad que hoy en día, hay que repensar las cosas, dado que el
modelo de padre de familia ‑lo que los romanos llamaban el pater familiae‑ debe de
ser redefinido y el cuidador es el encargado de ejercer la autoridad.
El ejercicio de esta autoridad, también
es reconsiderado, puesto que se necesita conducir al niño y el adolescente a
niveles de degradación indispensables para realizar experiencias muy útiles a
la hora de ir para más en el Uruguay.
Si se estudia muy detenidamente lo que la
tortura ha significado en la historia, se puede apreciar fácilmente que ha sido
una preparación para someter a los hombres y reducirlos a esclavitud. Los regímenes
que se preparan para el dominio totalitario de la población, lo primero que
suelen realizar es un conjunto de experiencias pilotos con cierta gente, de
modo de formar los equipos llamados a degradar posteriormente, todo vestigio
opositor.
En el mundo antiguo la tortura era el
trato natural que los amos tenían hacia sus esclavos, cuando estos no entraban
en razón y había que “sacarles el diablo del cuerpo”. Hoy en día, ya no juega
ese rol, sino más bien el de preparación para encarar las disidencias sociales
y políticas. Es una herramienta fundamental en aquellos que van para más y piensan perpetuarse.
Se han hecho estudios que demuestran que
la tortura lo único que genera en la víctima es vergüenza de sí mismo,
insomnio, incoordinación motora, fuga de ideas y que en cambio al único que
termina degradando es al torturador. Tiene al parecer un efecto opuesto al
deseado: victimiza al victimario.
La tortura, en principio, para no ir más
lejos es un acto médico propiamente
dicho, porque implica la intervención en el cuerpo de otra persona. No deja
de ser básicamente un ejercicio ilegal
de la profesión o una usurpación de título universitario, por lo cual a la
larga son doctores los expertos en tortura.
Políticamente es tanto más efectiva, cuanto
más errática, arbitraria e indiscriminada sea, por la sencilla razón de que
genera pánico colectivo ante todos aquellos que quieran oponerse al régimen
imperante.
Disocia la conciencia colectiva, que un
sector de funcionarios públicos, a los cuales la sociedad les está pagando su
salario, sean los encargados de torturar a quienes los están solventando. Las
instituciones comienzan a ser extrañas para la población en general, y nadie
reclama absolutamente más nada, de todo aquello, ante lo cual, dichos
organismos están omisos.
A su vez, la tortura es una degradación
del diálogo judicial. Supone que todos los hombres son culpables hasta que se demuestre
lo contrario y no al revés y por ende, criminaliza la opinión disidente.
Se empieza torturando animales, se
continúa con los niños y adolescentes y todos sabemos muy bien, como se
termina.
LOS HECHOS
El Hogar SER ocupa hoy la vanguardia, el
casco, el punto de avanzada.
Los denunciantes aseguran que hay
funcionarios que orinan sobre los menores, los golpean y los dejan desnudos o
en ropa interior durante varios días en pleno invierno. Afirman que esto es así
desde hace un año, cuando Jessica Barrios (actualmente con licencia) asumió la
dirección del hogar.
José Enrique Márquez es funcionario de
INAU y uno de los denunciantes. Dijo que Barrios y ocho trabajadores que ella
llevó al lugar eran quienes golpeaban a los menores. Además, afirma que la
jerarca amenazó a quienes denunciaran con ser expulsados, puestos a disposición
o recibir malas evaluaciones.
Barrios tiene tres denuncias penales en
su contra, además de una investigación administrativa avanzada en el Sirpa.
Sandra Giménez, abogada que representa a los familiares de adolescentes
privados de libertad, contó a Subrayado que Barrios obligó a uno de los menores
a comerse parte del papel de la citación judicial que recibió. “¿A tu madre le
gusta denunciar? Ahora comete la denuncia”, le dijo al chico.
Por su parte, Jorge Gago, integrante de
la comisión del Sirpa, reconoció que hubo problemas de maltrato, pero recalcó
que se hicieron las denuncias correspondientes. Afirmó además, que quienes
dicen que hay torturas deben probarlo. “No se puede acusar a cualquiera”, dijo.
Desde el sindicato del INAU, su
presidente, Joselo López, afirmó que si hay denuncias se debe investigar y que
si hay algún funcionario involucrado en estas situaciones, “no puede seguir
trabajando en la Institución”.
Quien está actualmente en lugar de
Barrios es Alejandro Araújo, subdirector del Hogar Ser, quien dijo a Subrayado
que en ese centro instauraron una frase: “la pelotita la tenés vos, vos decidís
como se juega el partido”.
A los menores “los cuelgan desnudos y los
golpean” en hogares de INAU.
Así lo afirma Sandra Giménez, abogada de
internados en el sistema de responsabilidad penal adolescente.
Quince organizaciones de la sociedad
civil se sumaron a la Institución Nacional de Derechos Humanos en el pedido de
renuncia del directorio del Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente
(Sirpa).
Ese organismo califica la situación del
Sirpa como “gravísima” y se basa para ello en las denuncias de malos tratos y
torturas en los centros de rehabilitación.
José Cioli fue uno de los funcionarios
del Sirpa que inició la denuncia ante la institución y dijo a Subrayado que ya
no trabaja más allí, ya que lo sacaron de forma compulsiva luego de perseguirlo
laboralmente durante un año.
Por su parte, Juan Fumeiro, del Comité
de los Derechos del Niño, dijo que quieren que se cambie a toda la dirección
del Sirpa por una que “tenga respaldo del sistema político y de la sociedad
civil”, para enfrentar esta situación.
Sandra Giménez, abogada que representa a
18 madres y padres de adolescentes internados en hogares del Sirpa, afirma que
“ya no se puede ocultar” lo que está pasando en el Hogar Ser de la Colonia
Berro.
“Varios gurises que habían pasado por
diferentes centros me narraban con lujo de detalles las torturas. Los cuelgan,
ya sea de los barrotes o de un fierro, con las manos esposadas arriba de la
cabeza, previamente los desnudan y los mojan con agua helada y los empiezan a
golpear”, relató la abogada en el programa Poder Pensar del Canal 20.
Agregó que los internos “crean
formas de darse una mano entre ellos, se gritan por las mirillas y dan ánimo a
los que están siendo golpeados”. Según contó Giménez, para ayudar al
golpeado, alguno de sus compañeros pide para ir al baño y se pone en cuclillas
debajo, para que pueda apoyar sus pies y aliviar el dolor.
“Hay siete investigaciones que inició el
Sirpa y un sólo funcionario separado del cargo hasta julio del 2014, con
retención de la mitad del sueldo. No hay más sancionados. La directora del
Hogar SER, sigue siendo la misma a la que se le acusa en la denuncia de las
madres de estar en algunas de estas situaciones”, afirmó la abogada, que dijo
que tiene a 12 funcionarios totalmente identificados.
Las instituciones de derechos humanos
insistieron en el Parlamento en que en los hogares del INAU hay
"plantones" y malos tratos. El Comité por los derechos del Niño, el
Ielsur y el Servicio Paz y Justicia dijeron el miércoles ante la Comisión de
Derechos Humanos de la Cámara de Representantes, que persisten en los hogares
del INAU prácticas de malos tratos y, que no hay una clara orientación en la
conducción de esos centros. El presidente de la comisión, el diputado colorado
Gustavo Espinosa, contó a El País que los representantes de las instituciones
mencionaron casos de "plantones" y de "paquetes", como se
denomina a la situación que se produce cuando el joven con grilletes y esposas
debe permanecer en posición incómoda por períodos prolongados.
Según Espinosa, las instituciones -que
han pedido la renuncia de Villaverde, director del SIRPA, que es un órgano
desconcentrado del INAU-, denunciaron también que a los funcionarios que
alertan sobre situaciones anómalas se los traslada o no se les renueva el
contrato. También señalaron que no hay una clara orientación en la dirección de
los centros que funcionan "a impulsos de los directores, sin que haya un
programa uniforme" para todos ellos.
Las instituciones reconocieron sí que se
ha constatado un menor suministro de tranquilizantes a los internos y la puesta
en marcha de obras que apuntan a bajar el hacinamiento aunque todavía,
sostuvieron, se constata ingreso de drogas a los centros. El diputado se quejó
de que no ha recibido respuesta a los muchos pedidos de informes que ha
realizado sobre denuncia penales, vinculadas a fugas de establecimientos del
INAU y a malos tratos.
Por otra parte, una
nutrida delegación de diputados de la Comisión de Población visitó ayer la
Colonia Berro donde funcionan varios hogares y los representantes se retiraron
con opiniones contrapuestas. El diputado oficialista, Julio Bango dijo a El País
que hay "una mejora importante en el tema hacinamiento" y en la mayoría
de las celdas se encuentran dos jóvenes, como debe ser. De todas formas,
reconoció que en el hogar Piedras en algunas había tres e incluso cuatro. Bango
dijo cree que el faltante de plazas todavía existente se resolverá con diversas
obras antes de que termine el año. Según Bango, los jóvenes realizan más
actividad física y trabajos de granja que cuando visitó las instalaciones hace
dos años. "Hablé con 10 jóvenes y se está superando el tema del
encierro", aseguró.
El diputado nacionalista Pablo Abdala,
sin embargo, señaló que la visita fue "parcial" y que hay un atraso
"severo" en la ejecución de obras previstas a partir de los US$ 25
millones que el SIRPA recibió desde su creación en 2010. "Todo se supone
que está en marcha pero hay un rezago", dijo. En el hogar Piedras,
ejemplificó, 15 de los 45 jóvenes internados, duermen en el suelo. También
señaló que jóvenes con los que habló, le comentaron que había días en que no
salían de su celda y que había golpizas. El legislador también mostró su
molestia porque el SIRPA no compartió con la comisión de Población de la cámara
baja el informe de respuesta que le envió a la Institución de Derechos Humanos
que lo había cuestionado. La institución sostiene que los jóvenes permanecen 23
horas al día en sus celdas.
CONCLUSIONES
Como
son mayoría parlamentaria se niegan a una Comisión Investigadora y ponen toda
esta documentación como secreta, para que no se pueda saber nada.
Sin
embargo, a esta altura del partido, es un secreto a voces que todos sabemos,
menos los que tienen un balde en la cabeza.
Como
se puede apreciar, si se analiza el carácter
concreto que tiene la tortura aquí, mientras por el otro lado le dicen a
los jóvenes que no es con más represión que se resuelven las cosas y se
desgarran las vestiduras con los
izquierdos humanos, es claro el objetivo de avergonzar al otro y degradarlo
como persona.
“Los
cuelgan, ya sea de los barrotes o de un fierro, con las manos esposadas arriba
de la cabeza, previamente los desnudan y los mojan con agua helada y los
empiezan a golpear”. ¡Qué sentido educativo puede tener eso! Y sin embargo los chicos, que son victimarios que
han agredido a la sociedad, “crean formas de darse una mano entre ellos, se
gritan por las mirillas y dan ánimo a los que están siendo golpeados”, esto es,
comienzan a sentirse víctimas. Lo
que quiere decir que están logrando el objetivo inverso. El día que salgan, van
a salir peor de lo que ya eran.
Junto
a esto, también se consigna, que ocurre: "a impulsos de los directores, sin que haya un programa uniforme".
Hay
un programa oculto en marcha; preparar los cuadros políticos, para un golpe
civil en marcha.
Hay
un Uruguay que se les va de las manos, pero el Frente Amplio no se detiene.
Vamos bien. Bien mal.
Y van para más.
