jueves, 12 de junio de 2014

El voto argenguayo.

       Existen aproximadamente 300 mil uruguayos que viven en la Argentina, de los cuales 40 mil negociaron con el peronismo posiciones políticas. Son porteros de edificio, serenos de obra o van por la calle Corrientes vendiendo su sexo.
       Sabemos bien quienes son, porque en cada cimbronazo económico, cruzan el charco y se vienen para acá. 18 de Julio se llena de gente así y hay un clima a matufia.
       El peronismo los mira como si fueran un hermano menor.
       La Coordinadora del Frente Amplio en Buenos Aires, le mintió al peronismo. Les hizo creer que el justicialismo uruguayo es lo que el frenteamplismo representa y lo increíble es que en Argentina se tragaron la pastilla. No quiso decirles toda la verdad. No les dijo que el General (R) Líber Seregni era la mano derecha de Luis Batlle y estaba en la coordinación chilena para derrocar a Perón.
       El uruguayo que se integró a la realidad argentina, los otros 260 mil, digamos así, por ponerle una cifra que Migraciones no quiere dar, se desentendió de la política uruguaya, no saca pasquines con información uruguaya, no vive del internismo frentista como si fuera algo relevante allí, ni salta corriendo cuando llegan las elecciones nacionales, para venirse a aquí. Se integraron a la vida de cada Provincia argentina, tienen hijos, armaron su vida y viven de esa realidad; están en otra, no les interesa la realidad política uruguaya. Es gente que se moría de hambre, lo que se llama morirse de hambre en el Uruguay y en Argentina si bien no está bien, come todos los días.
       Pero hay 40 mil desubicados y no es poca cosa en una elección. Eso lo sabe bien el Frente Amplio.
       Esta gente –basta verles la cara- recuerda el malevito de los tangos de Gardel. “Aquel que solito llegó al conventillo”. Es lo que se llama el capanga, el hombre que solo sirve para acarrear votos a como sea, cuando llega una elección.
       Los capangas de la Coordinadora del Frente Amplio en Buenos Aires, cuando llegan las elecciones empiezan a movilizar gente. Lo hacen apadrinados por la derecha peronista, porque son cualquier cosa, pero tontos, no son.
       Estar con la derecha peronista, permite razonar como un Abelardo Ramos. Se puede ser de “izquierda” después de salivarse el que te jide.
       La cosa nostra  es crucial para el peronismo más fascistizado. Acepta una izquierda, pero jamás, la cosa vostra.
        Son los gordos del peronismo. Gente que tiene el tiro fácil cada vez que hay conflictos internos. Tira primero, pregunta después.
       Con esa gente hicieron el acuerdo que les permite interferir en la realidad uruguaya.
       Vázquez, un hombre muy ligado a la mafia rosarina, fue a activarlos. No tuvo la capacidad de hacerlo desde el peronismo, porque es un hombre que llamó a Bush para una guerra de chocolate, que lo dejó mal parado al individuo.
       Argentina se va al diablo, lo he venido diciendo en muchos post y hoy la anarquía interna que allí se vive, habilita cualquier corsario.

       No soy quién para decirle a nadie lo que debe hacer, pero creo que el peronismo en esta gente, tiene su peor enemigo encubierto e infiltrado.