domingo, 24 de noviembre de 2013

Rasgado está el velo y caídas las máscaras.

       Mientras Astori no entiende que quieren decir los otros con eso de “girar a la izquierda”, porque son naturalmente dice, una fuerza de izquierda, el Frente Amplio se debate en una lucha de perfiles políticos tratando de llenar diversos espacios. Estos expertos en espacio político como ven que sobran butacas a la ultra izquierda y a su vez temen que los desencantados terminen no votándolos o votando cualquier otra cosa, tienen necesidad de aparecer como de izquierda, como si, esa palabra, que nada significa en política, fuera una suerte de alfombra voladora que puede sacarlos del pantano en que cayeron con el tema de las inconstitucionalidades, PLUNA, las repeticiones en la educación, la corrupción policial y demás.
     Creen que con decir “esto es más izquierda que aquello”, quedan eximidos de rendir cuentas de las gestiones nacionales y municipales que han tenido.
    Porque son jerarcas públicos y gobiernan usando los dineros ajenos están obligados a rendir cuentas de sus actos, a responder por las cosas que hacen, a mostrar los resultados de su gestión en forma transparente, esto es, que se pueda verificar la información que brindan. Si en cambio tienen que intervenir los jueces para poder acceder a la documentación pública a la que el contribuyente tiene derecho, quiere decir que muchas cosas andan mal en el Uruguay. No contentos con eso pretenden clasificar la información que el Estado recaba como reservada, y hacer del secretismo y la discrecionalidad el motivo para que no se sepa aquello que no les conviene. Es un miedo visceral a la verdad, propio de los que tienen algo mucho más profundo que encubrir y se oponen a toda transparencia.
 Estamos pagando por una gestión que se niega a rendir cuentas de lo que hace.
     Si eso ocurre en el tema educación en donde lo adecuado ante una dificultad es buscar las formas técnicas y pedagógicas de resolverla ¡Qué no está ocurriendo en economía en donde el gobierno por todos lados quiere hacernos creer que estamos en el mejor de los mundos posibles y termina reconociendo que para bajar la inflación tiene que ir a un ajuste fiscal durísimo y eso después de la enorme presión impositiva que hemos vivido en tiempos de bonanza!
  Si con toda la voracidad fiscal con que se castiga al contribuyente, el gobierno no puede frenar la inflación que amenaza con trepar a dos dígitos. ¿Van a hacer un ajuste fiscal encima del agobio impositivo en que hoy vivimos? ¿Qué hicieron con la bonanza económica que se vivió durante estos años?
  El Frente Amplio cree que con Daniel Olesker descubrió el camino uruguayo a la revolución socialista y cada vez que no quiere rendir cuentas, ni por lo de PLUNA, la educación o fragantes inconstitucionalidades, lo usa como punta de lanza, tratando de asustar a los contribuyentes. Como diciendo a lo Cristina Kirchner: “Vamos por todo”, para terminar haciéndole una guiñada a Astori y decir “Vamos por más”.
  Cualquiera piensa que están hablando para la hinchada, pero cuando uno ve que desde el Ministerio de Economía se nos dice que para bajar la inflación van a tener que aumentar la carga tributaria, y cuando a su vez uno constata que el autodenominado sector neo desarrollista en lo único que está pensando es en poner más impuestos, como lo demuestran los post que he publicado en su momento, hay razones fundadas para pensar que el próximo gobierno del Frente Amplio desde el neo desarrollismo -verdadero aparato por fuera del Frente, al mejor estilo Vázquez-, hasta Constanza Moreira que lo dijo abiertamente, pasando por Olesker en su versión más animalezca y primitiva, como el ya comentado en otro post, documento del Partido Comunista, la va a emprender nuevamente contra la clase media, porque a los que más tienen, esto es, a quienes están ligados a la inversión extranjera, sabemos muy bien que no les van a tocar absolutamente nada.
  Al mejor estilo castrista-guevarista Olesker quiere inventar la realidad –producción incluyente y cosas así- y fabricar los sectores de la economía que no existen, liquidando a los que si ya están interviniendo. No la emprende contra el monocultivo como los cubanos de la primera fase de la revolución, sino contra la primarización. No logró entender que si el Uruguay no genera más valor agregado es porque toda la política impositiva que él defiende castiga a quien más trabaja, a quien más empleo genera.
  Defender la producción “incluyente” y estar contra la rentabilidad económica son las cosas típicas de los cubanos. Las empresas auto gestionadas son todas inviables. Es un sueño de socialismo utópico que el valor de la fuerza de trabajo pase a quien genera ese valor, como si no existiera un mercado laboral y el mercado de trabajo no estuviera también expuesto a la oferta y la demanda y peor que eso, como si el mercado laboral no fuera la base del mercado de bienes y servicios. Solo bajo esta ignorancia de lo que es el funcionamiento de las cosas se concibe que alguien pueda decir muy suelto de cuerpo “que es necesario incrementar los niveles salariales por encima de la productividad media de la economía y particularmente de la productividad media de cada rama de producción y comercio”, cuando sabe perfectamente, como buen marxista que es, que no existe salario digno, existe salario enajenado y capital. Comerle la plusvalía al empleador hasta volver irrentable cada unidad económica, esa es la consigna para una hinchada que no le pueden prometer una revolución, que no les pide cuenta del manejo fiduciario que han tenido con los dineros del contribuyente, pero si la “profundización” en algunos puntos, para seguir diciendo que son “de izquierda”.
  Lo de Olsesker es la base de lo que fue el Congreso del Frente Amplio y demuestra que todo el Frente en pleno está en una segunda fase del despropósito que vino con Vázquez a partir de 2005.
  Son las dos caras del Frente Amplio, el neo desarrollismo trasnochado y fuera de época que esconde el cuchillazo impositivo debajo del poncho y lo de Olesker, lo de Venezuela y Cuba, los que se enfrentan internamente por la imagen táctica que le dan al resto de la ciudadanía. Mientras el sector de Astori quiere disfrazar un impuestazo, los demás se sacan la careta y al estilo tupamaro de responder contestan “sí, ¡y qué, y qué, y qué!”.
     En un contexto en donde Vázquez tiene necesidad política de ponerse a la izquierda –fotografiarse con Fidel Castro, largar perdigonadas contra los ricos y cosas así- para neutralizar en la interna a Constanza Moreira, el discurso de Olesker es funcional al Congreso del Frente: En el Uruguay pagan más quienes más trabajan y ante la desaceleración de la economía que se avecina, están pensando en transferir la crisis a los mismos que castigaron en la bonanza.



  El Frente Amplio gira a la izquierda feudal, aquella que en el Medioevo veía con malos ojos al “mercachifle”, creía en “el precio justo” porque ignoraba la ley de la oferta y la demanda y condenaba a los comerciantes al ostracismo social, no bien se aproxima las elecciones internas, dando por hecho que después llegará la hora de girar al centro y dirigirse a doña María, doña Juana y don José, al estilo socialista clásico para purgar tendencias molestas, y obran así, porque no saben hacer otra cosa, es gente que si le sacan la retórica castristachavista no tiene otra vestimenta intelectual y como por ahora no hay condiciones mínimas para una cosa así en el Uruguay, profundiza su modelo feudal haciendo del ciudadano un súbdito y exigiéndole más óbolos para el monarca ¿Hay que agradecerle a Vázquez que “en esta instancia” no se chavice y los está tranquilizando? ¿Van a liquidar la producción al estilo de Maduro en Venezuela, hasta terminar comiendo con tarjeta de racionamiento como indican los dogmas del gobierno cubano? ¿Van a seguir usando a los pobres como pantalla para vaciar al estilo de lo que hicieron en P.L.U.N.A los diversos entes recaudadores del Estado? Ya convirtieron el Uruguay en una Provincia fiscal argentina y vamos camino, como en el siglo XIX a tener un puerto propio, porque Brasil puede usarlo sin pagar nada.
 Valenti protesta con justa razón, pero no por las razones que esgrime, sino porque el Congreso desnuda las intensiones del próximo gobierno, le pincha el globo a la retórica astorista y pone de manifiesto hasta la evidencia lo que aquí vengo diciendo: en lo único que están pensando es en ponerle la mano en el bolsillo a los trabajadores para mantener una clientela política a la que no se le exige contraprestación alguna, y que es la barra brava que cuando le dicen algo adverso al Frente Amplio, se arremanga para pelear al mejor estilo de la masa peronista prostituida por los Planes Trabajar.
  Estaban desesperados por dar señales que indicaran que no hay dos bloques dentro del Frente, sino tres y como las butacas a la ultra izquierda estaban vacías, con Olesker querían empezar a llenarlas. El Congreso lo que vino a hacer es a dejar vacías las butacas astoristas. Más que eso, les quitó la careta, les pinchó el globo y les obliga a decir y reconocer justamente, lo que querían omitir durante la campaña.
   Mónica Xavier se da cuenta que el gobierno ahora queda encorsetado, porque no le van a pedir a Vázquez algo extemporáneo, le van a exigir simplemente que se ajuste al programa de la coalición. Vázquez va a hacer lo que quiere y busca presentarse como impredecible, cuando en realidad lo que el Congreso hizo fue desnudar la política que se viene con la factibilidad de un triunfo frentista. Vázquez está en eso, solo que se da cuenta que no es inteligente, ni estratégico demostrarlo abiertamente después de haber sido él, el padre de la criatura impositiva que hoy sufrimos.
   El que habla claro es Lescano: a eso va, dice “con la audacia de seguir avanzando”, pero no quiere “dar el paso en falso” de marcar bobera, durante la campaña electoral, deschavando la medicina de caballo en economía que tienen pensado aplicar, no bien Brasil vaya a un ajuste monetario. Es lo de siempre, gobernar con la paloma y la serpiente.