martes, 27 de octubre de 2009

Interpretación de los resultados de octubre de 2009

Una primera interpretación de los resultados electorales del 25 de octubre de 2009, nos conduce a distinguir el siguiente hecho.

· El Frente Amplio dejó de crecer desde su nacimiento y demuestra un estancamiento desde las elecciones de 1999, cuando pierde el balotaje contra Jorge Batlle por 80 mil votos.

· El crecimiento espectacular en Intendencias Municipales en donde al parecer conserva las 8 que tenía y gana 3 nuevas, expresa, si se toman las elecciones internas de 2009, donde demostró un bajísimo nivel de participación ciudadana frente al Partido Nacional, un hecho nuevo en política, esto es: el hombre que no participa en las elecciones, no tiene posiciones claras y definidas y entiende poco de política, es el votante seguro que dispone para existir.

· En Montevideo pierde 50 mil votos y el Partido Colorado gana 40 mil. Clara señal de retorno a casa de un sector político.

· Si se toman, no los partidos, sino las personas, vemos que los más votados por orden fueron

o Lucía Topolansky con 364.696, es decir, un 33, 69 por ciento, dentro del Frente Amplio.

o Luis Alberto Lacalle con 338.359 votos, esto es, un 51, 96 por ciento dentro del Partido Nacional.

o Pedro Bordaberry con 214.214 votos, vale decir, un 56, 21 por ciento dentro del Partido Colorado.

Si observamos los canditados aisladamente, visto desde el punto de vista de la popularidad personal. y los graficamos en una tabla tenemos que:

Topolansky

364.696

Lacalle

338.359

Bordaberry

214.214


Astori

293.504

Larrañaga

267.574

Desde el punto de vista de la fórmula tendríamos:

Lacalle-Larrañaga

820.147

Mujica-Astori

658.200

Si en un balotaje, se tiene en cuenta exclusivamente la significación personal de cada candidato, individualmente considerado por sus votantes, vemos que tras el llamado de Bordaberry a votar a Lacalle, el favorito es este y no Mujica. Bien sabemos que intervienen otros factores a medida que la campaña avanza, pero también sabemos que ahora ya no están más en juego los partidos, todos ocuparon sus bancas parlamentarias, sino las figuras que han de ocupar la Primera Magistratura y la Vicepresidencia de la República.

Esta puja de fórmula contra fórmula, independiza al votante. Así como nadie dejó de ser blanco porque en el balotaje del 99’ votara a Jorge Batlle, nadie deja ahora de ser colorado porque vote a Lacalle.

A este hecho se le suma, también la constatación de que los dos plebiscitos que impulsó el Frente Amplio de motu propio y que ahora cubriéndose dice que no estaban en la agenda, no llegaron ni siquiera a la votación de dicha fuerza política. Todos sabemos que en las listas del Frente venían ensobradas las dos papeletas, tanto la rosada, como la blanca. Quiere decir que existieron 3 mil personas que cuando le daban las listas, sacaban de allí la rosada por la anulación de la Ley de Caducidad o que hubo un sabotaje interno por parte de la misma dirección frentista que, como sabemos, no firmó por la anulación de la ley. No hay que perder de vista que los tupamaros fueron indemnizados por algo, no fue porque sí.

Con respecto al voto epistolar, la papeleta blanca, es donde más se ve la disparidad entre la desesperación electoral de la dirección frentista y la actitud de sus votantes. Quiere decir que 234.138 votantes del Frente cuando llevaron las listas a su casa, quitaron de allí la papeleta blanca, como quien tararea un tango: “Te fuiste, ja, ja, ja, qué te vaya bien, pianta de la vía, que te cache un tren”.

Digo yo, si el tema aborto hubiera estado, como se pretendió en esta elección planteado, qué otras sorpresas no hubiéramos encontrado. Porque es novedoso que el elector abofetee así a sus dirigentes centralizados.

Pienso que probablemente gane Mujica, por varias razones. No es lo mismo llegar a un balotaje con el 48 por ciento de los votos, siendo más que los otros dos juntos, que ir a una contienda de esa naturaleza con apenas un 29 por ciento. En la historia de los balotajes a nivel mundial, nunca ocurre que quien llega casi raspando el 50 por ciento, pierda cuando su contendiente no alcanza la tercera parte y es menos sumando a sus potenciales aliados.

Si es así, como lo confirman los balotajes históricamente considerados a escala mundial, no se ve cuál fue la razón por la cual la muchedumbre enorme que se preparaba para festejar la victoria del Frente Amplio no expresó allí su algarabía. Querían ganar en primera vuelta para llevarse parlamentariamente a todo el mundo por delante y se encontraron que llegaron a un techo histórico. Les falta algo más que un simple diputado para gobernar a piacere, les falta medio país.