viernes, 15 de mayo de 2009

Al Frente rogando y con Mujica dando


Una de las cosas que más me mueve a opinar en foros adversos a mi pensamiento político es el hecho de que al ver tanta gente fanatizada y emperrada en defender su bandería política, me siento como estimulado a poner a prueba mis ideas en la brega por defender lo que pienso. Si lo que digo allí en los foros de ellos, se los dijera personalmente, no es nada improbable que me terminaran dando un fierrazo por la cabeza.

Más allá de eso, más vale batallar de cara al renuente que platicar para convencidos. Opinar para prosélitos, acólitos y la feligresía de una fuerza como el Frente Amplio, que al parecer está determinada por el Altísimo, para muy nobles propósitos, me pone a mí, en una situación eminentemente farisaica, cruel, "dura de alma", como decía ese frenteamplista defensor de los izquierdos humanos llamado Jesús Cristo.

Nunca me gustó, al respecto, cantar victoria antes de tiempo, un poco por aquello del Quijote que dice que "los muertos que vois matáis, gozan de buena salud" y porque la vida enseña que el triunfalismo no suele ser el mejor consejero para conquistar el renuente, el no convencido, el que no hay forma de entrarle por ningún lado.

Al leer la encuesta de Factum me confirmo de lo que vengo pensando. La gente cuando se enoja con el partido colorado o el partido nacional y comienza a votar al Frente Amplio a partir de ese momento queda prendada para siempre y vive una suerte de conversión interior, una verdadera metanoia de la transformación moral, merced a lo cual, esa fuerza le brinda "la buena nueva". Quedan en estado de gracia para toda la vida y nunca más dejan de votarlo, por tal motivo, se le puede poner arriba de candidato cualquier cosa diciendo palabrotas, que estas criaturas sagradas y santificadas por el frenteamplismo, no pagan absolutamente, ningún costo político. Se puede robar a lo Bengoa, Núñez, Rossi, Rosselli, Múñoz que no importa, porque esos son los malos frenteamplistas y por ende, una purguita no viene mal de vez en cuando, siempre dando por supuesto que allí, en el Frente Amplio está la purificación moral de las almas descarriladas.

En cambio ser blanco o colorado es algo así como pertenecer a otro género diferente de uruguayo, un ser malo, de pésimos sentimientos, egoísta, hasta el día que esa persona se arrepiente y de allí nunca más vuelve a votar otra cosa que no sea Frente Amplio.

Algo me dice que la Iglesia Católica en el Uruguay se equivocó y acabó peronizando a una izquierda en barranca abajo ideológico. Quisiera saber como hacen ahora, para explicarle a la feligresía que no, que Cristo no era frenteamplista.