El Frente Amplio ofrece una interna que tiene preocupadísima a la opinión pública mundial, por la sencilla razón de que es la fuerza de Gobierno. Vimos todos ante las declaraciones destempladas de un candidato presidenciable de dicha fuerza política, cuál fue inmediatamente, la reacción del G20 sobre el tema secreto bancario. El Uruguay estuvo a punto de ser colocado en una lista negra, ahora quedó -gracias a los buenos oficios de la oposición- en una flotante lista gris.
La situación que plantea lo que en psiquiatría se llama, "somatorosis verbal", puede tener consecuencias trágicas, por más que los otros dos candidatos le hayan dicho que se calle la boca en ese tema.
Las cosas que se dicen, es algo que no tiene desperdicio: "Uruguay no es una Provincia fiscal de la Argentina", le contesta el rival sin chance y desacreditado internamente, mientras el tercero en discordia poniendo cara de no sé nada, hace apelativos a la imagen de un frente edulcorado y seregnista que hace un buen rato que ya no existe, por la sencilla razón, de que al General Líber Seregni, antes de morir le gritaron traidor y todo tipo de cosas en un Congreso, llegando su situación de fundador y presidenciable frentista a un punto realmente humillante: No lo dejaban entrar ni en los Comité de Base, ni en la sede Central del Frente Amplio, como vimos todos por televisión.
Hoy viven una situación muy similar a Los Tres Chiflados.
¡Te acordás hermano, qué tiempos aquellos!
Un gobierno de Astori, por ejemplo: