El 1º de marzo de 2005, en el acto fascista que realizó el Presidente Vázquez ante el Palacio Legislativo, uno de sus párrafos más impactantes fue:
“La grave situación existente en las cárceles y la falta de atención a las víctimas del delito, NOS DETERMINA DECLARAR, A PARTIR DEL DÍA DE HOY, EL ESTADO DE EMERGENCIA HUMANITARIA EN TODO EL PAÍS. Para superarlo, para superar este estado, cumpliremos medidas de urgencia e iniciaremos inmediatamente el proceso de medidas de corto y mediano plazo: a) Medidas de urgencia para encarar resueltamente los problemas de hacinamiento, alimentación y salud en todos los establecimientos penitenciarios, procurando involucrar a instituciones y a las personas privadas de libertad y sus familiares en forma ordenada y respetuosa de sus necesidades humanas, comisiones por unidad, comisiones por módulo, y atención inmediata de los procesados sin condena, informándoles del estado del expediente judicial y ayudándoles al más rápido trámite del mismo, recurriendo a estos efectos a la colaboración voluntaria y honoraria de abogados jóvenes y de estudiantes.
Tener en cuenta uruguayas y uruguayos que la Tasa Media Mundial de población carcelaria de un país, respecto a la población total del mismo es de 0.5 por mil. De acuerdo a esa estadística, Uruguay debería tener unos 1500 presos, hoy tiene casi 7000, la mayoría jóvenes y pobres, y la pobreza no se combate construyendo cárceles para jóvenes.
Repetimos algo ya dicho, no por nosotros: “Seremos severos, muy severos con la delincuencia, pero seremos implacablemente severos con las causas que llevan a la misma”
Esta maravillosa petición de principios, si algo demuestra la realidad actual es que no fue cumplida. Lo único que hizo al respecto fue la infeliz ley de humanización de las cárceles, que sólo sirvió para liberar presos. Había 7.000 cuando asumió el Gobierno y ahora hay 8.158 en el peor hacinamiento. Tuvo que venir Manfred Nowak relator de la ONU sobre derechos humanos, tortura y cárcel y decir que “El riesgo de colapso del sistema penitenciario y la falta de un plan alternativo son una fuente seria de inseguridad, violencia y deterioro de los valores básicos que severamente impactan en la sociedad en general”, para que recién allí, esta lumbrera del 1º de marzo de 2005, llamada Tabaré Ramón Vázquez Rosas decrete el traslado de los presos.
Manfred Nowak agregó que antes de arribar a Uruguay sabía que la situación carcelaria uruguaya era mala pero lo que encontró fue mucho peor de lo que pensó en un principio. “Todos nos quedamos en estado de shock cuando fuimos a ver "Las Latas" del Penal de Libertad donde muchas personas están detenidas en forma abrumadora”.
Dijo más Nowak: Sostuvo que no ha conocido ningún sitio “donde los detenidos dicen que los tratan peor que los animales; en Libertad muchas personas están encerradas en pequeñas jaulas y no durante horas sino por muchos años”.
Recién entonces Tabaré Ramón Vázquez Rosas se acordó de decretar "una emergencia humanitaria".
Con una Ministra del Interior que cabalgaba y se duchaba, cuando no estaba en Fun-Fun, o jugando en el Facebook, siempre emprendiéndola contra los Gobiernos anteriores -flagrante inconstitucionalidad porque un Ministro no puede hacer política si no renuncia al cargo-, y con un Eleuterio Fernández Huidobro, que declara, ya hace unos meses, que los derechos humanos de los presos actuales estaban mucho peor que en la dictadura, lo cual ya es decir, el Uruguay va camino al colapso del sistema de seguridad.