lunes, 9 de marzo de 2009

Verdades inocultables

En este tema estoy en absoluta discrepancia con Gregorio (Goyo) Álvarez, porque lo que él está haciendo en realidad no es mentir propiamente dicho, sino expresar una semi verdad o verdad a medias y en política, decir la mitad de la verdad es también una forma de mentir.

Rodney Arismendi fue efectivamente liberado a condición de que entregara el fichero del Partido Comunista en el Uruguay. Él y toda una cantidad muy grande de personas en el aeropuerto entregan un fichero que no era el indicado, sino que tenía las direcciones de gente que fue comunista y se aparto en algún momento de su vida, de dicho partido. El fichero que entrega era el de lo que ellos consideran "traidores del partido".

Estuvo en juego el tema de la compra de carne de la ex Unión Soviética, pero todos sabemos que los únicos dos países que le compraban carne a Uruguay eran Irán y Sudáfrica, de modo que si bien se negociaba la venta de carne a la ex Unión Soviética, no era ese el tema central. Los militares liberaban a Arismendi si entregaba el fichero -cosa que hizo, pero tomándoles el pelo- y si la ex Unión Soviética ponía la turbina de Salto Grande que faltaba.

Arismendi les tomó el pelo y la ex Unión Soviética, ni compro carne, ni trajo la turbina de Salto Grande. La dictadura se enfureció y sucedió lo que todos sabemos.

El que entregó los ficheros fue Massera. Los tenía, con anotaciones porque "le fallaba la memoria".

Con respecto a la tan traída y llevada "presión internacional" hay que decir también un par de cosas.

La única "presión internacional" que existió en el caso Arismendi fue la presión que hizo la Embajada Norteamericana por liberarlo. Eran los tiempos de la Guerra Fría y Arismendi era una "papa caliente" en prisión. Los militares estaban divididos en dos tendencias, los que consideraban que había que liberarlo -siguiendo la línea norteamericana- y los que sostenían que era un error gravísimo. Bordaberry se pone en la línea americana y sostiene que es mejor liberarlo que soportar una presión norteamericana. Como Arismendi les tomó el pelo, los militares se enfurecieron y entre otras cosas terminaron rompiendo relaciones con Estados Unidos, -se fortaleció la línea que consideraba que eran un error largarlo- razón por la cual, cuando la Enmienda Koch, en dónde Estados Unidos le retira a Uruguay el apoyo comercial y financiero, el embajador norteamericano de la época, Laine Laing tuvo que irse y EE.UU dejó exclusivamente, una repartición comercial. Hubo que esperar el triunfo de Reagan para que las cosas comenzaran a cambiar, porque con los democrátas era un error tras otro el manejo político que hacía Norteamérica con el Uruguay.

Por eso esta preso Gregorio (Goyo) Álvarez, por no haber hecho caso a los americanos, haberse retobado y al final, -cuando en Estados Unidos estaban gobernando los repúblicanos- temerariamente negarse a la entrega del poder. Sanguinetti no recibió el mando de su mano, lo que hubo fue transmisión de mando por parte del Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la época, doctor Rafael Adiego Bruno.

Lo que se suele perder de vista en todo esto es el Aparato Armado que tenía el Partido Comunista en el Uruguay.

No era para pelear contra "el imperialismo y la oligarquía" o para competir con los tupamaros a ver quien es más revolucionario que quien. Si las condiciones objetivas estaban dadas o no dadas y en ese caso había que crearlas -tema de época, en dónde la preocupación de estas esbeltas criaturas que hoy la van de víctimas era si crear un foco o un partido-, es totalmente irrelevante.

El Aparato Armado fue creado cuando Arismendi viene de la Guerra Civil Española. Es un aparato pensado contra el anarco sindicalismo y en este caso fue ampliado previendo un sartenazo tupamaro.

Lo que ocurrió es muy simple: cuando Coirolo vende el Aparato Armado del Partido Comunista en el Uruguay es precisamente cuando se desata lo que Lorier dice: un nuevo momento en la represión.

Es evidente que hay un intento por parte de los tupamaros y los comunistas en falsificar la historia. No solamente ven el mundo con un ojo tapado, sino que también se lo tapan cuando acusan con el dedo a los demás.

Acá se pide verdad y justicia, cosa en la que estoy de acuerdo, porque no se puede vivir con un engendro en la garganta, pero entonces hay que poner todas las cartas sobre la mesa y no como hacen los tupamaros que quieren hacerle creer a los jóvenes que lucharon contra la dictadura cuando en realidad contra lo único que pelearon es contra la democracia desde el año 1963.

El clima moral que se empezó a vivir en el Uruguay a partir del año 69' era el de un asalto a un banco tras otro, en una escalada permanente de atentados. Las grandes discusiones que había en la izquierda era si formar un foco -al estilo de Fidel Castro- o un partido de carácter leninista. Fidel Castro lo que hizo se llama fraccionalismo, esto es, le creó a cada partido comunista un ala guerrillerista, fenómeno nuevo que los dirigentes comunistas de la Vieja Guardia, no compartían. Por eso nunca apoyaron a la Unión de Juventudes Comunista (UJC), muchos estaban de acuerdo y colaboraron con la dictadura militar, e incluso cuando viene la democracia, seguían viendo "ultras" por todos lados, mientras querían hacer creer que Seregni era algo así como Jesús Cristo, cuando todos sabemos que la guardia personal de Seregni en el 71',  estaba formada por tupamaros.

Los que no quisieron la entrada de los tupamaros en el Frente Amplio eran Seregni, el Partido Democráta Cristiano y el PCU, hasta que al final por presiones externas tuvieron que aceptar que entraran. El argumento que daba la logia de Seregni era que es "mejor tenerlos adentro que afuera generando un polo de atracción extra frentista".

El tema de fondo para entender realmente lo que pasó en el Uruguay está acá: Cuando viene la dictadura, los que tenían armas escondidas querían sacárselas de encima, porque era "un queme". Recién allí comprendieron la asimetría que había en el enfrentamiento entre un ejército irregular y otro regular. Recién en ese preciso instante se dieron cuenta que tener armas era un suicidio, cuando ya habían ocurrido varios allanamientos casa por casa en diferentes períodos. De diferentes formas se las van sacando de encima. Lo de Coirolo, que es lo que marca el mayor momento represivo que vivió el Partido Comunista en el Uruguay, es completamente natural. No tenía sentido tanto armamento escondido, pero además, los militares quedaron, "de cara", no podían creer el armamento cuantitativo y cualitativo que tenía el PCU.

Jaime Pérez dice que era para pelear por la democracia y que jamás fue usado anteriormente. Lo cual es mentira porque el PCU tuvo delitos de sangre de diversa índole y además dice que "era para que los jóvenes no se hicieran tupamaros".

Como dijo una vez Hudobro: "Hay un momento en dónde la montaña se te cae encima". Ese fue el momento del PCU.