domingo, 15 de marzo de 2009

Las encuestas hasta que punto son ciertas.


Voy a hacer, lo que se llama en lógica, razonar por el absurdo, esto es, de premisas absolutamente falsas llegar a conclusiones verdaderas, como quien dice: “Todos los seres humanos viven en un noveno piso. Si se tiran por la ventana se caen y mueren.” El hecho de que todos los seres humanos vivan en un noveno piso, es falso, pero que aquel que se tira de una ventana se cae y muere, es verdadero, lo que indica que de una premisa falsa se puede llegar a una conclusión verdadera.
Voy por lo tanto a partir de la base de que los datos que dan las encuestas son relativamente correctos dentro del principio de incertidumbre en dónde una diferencia de (+), (-) 1,5, no configura disparidad alguna, sino antes bien, un empate técnico. No les pido ni la razón crítica, ni el chi cuadrado, porque es estadística deductiva y por ende de allí no se desprende una inferencia válida, sino que han sido otras inferencias las que están sosteniendo que las empresas brinden ese resultado. Me limito por ende, a lo que simplemente, son las encuestas, deducciones, pero de allí no se infiere nada, porque para eso hay que pagar la información. Es posible que sea como dicen, pero no es probable. A la opinión pública, contemplando el Gobierno que existe, le dicen lo más plausible.
Hago un razonamiento que las confirma y les da una razón crítica. El Frente en el 99’ pierde por 80 mil votos y en octubre de 2004 gana sin segunda vuelta por 50 mil votos, pero en mayo de 2005, en las elecciones municipales, si bien gana 8 intendencias, sumando todos sus votos, los demás partidos juntos le ganan por 50 mil votos. Lo que indica varias cosas: 1) Si las elecciones parlamentarias hubieran sido en mayo, el Frente no ganaba la Presidencia. 2) Evidentemente esos 50 mil votos de diferencia son de uruguayos que no viven más en el Uruguay, pero que vinieron a votar. No estoy emitiendo juicios, estoy registrando la realidad en términos numéricos y repasando una lectura.
Este es un Gobierno que hizo magia con la “herencia maldita blanquicolorda” que solo existe cuando se dirige a los uruguayos, pero que resulta que al salir del país y hablar con otros mandatarios, el Uruguay es “un país ejemplar en el mundo”. ¡Cómo es la cosa! Los blanquicolorados corruptos que no saben defender su gestión de tan mala que fue, hicieron del Uruguay un país ejemplar y maravilloso en el mundo. Es demasiado hipócrita un discurso descalificador hacia adentro que se viste de los méritos de los otros hacia fuera y sigue descalificando sin parar.
Si este Gobierno fue tan “güeno”, por qué para mostrar su rendición de cuentas y balance de lo actuado, con cifras maquilladas tiene que burlarse de un candidato de la oposición, en un acto que dice que no es partidista como pide la Constitución.
Si lo de las encuestas es cierto, solamente el voto del uruguayo en el exterior puede darles ese “cachito” que les falta.
Según las encuestas el FA en el 2004 tenía el 50,45 por ciento y ahora se mantiene estable en un 40-45 por ciento. Lo que significa que no hay empate técnico, pero que hay un “colchón cautivo”. Quiere decir que hay una gran discrepancia “por la izquierda”. El Uruguay tiene un 40 por ciento de personas que como no razona “malicia hacia fuera” y “se la papa toda hacia adentro”, gente que precisa “el informe de Central” para opinar, porque si no él carece de caracterización y análisis de coyuntura. Quiere decir que frentista normal, normalito o normalizado no existe y lo que hay es un conjunto de criaturas que viven en la “sopita boba” de la “uniá”. Todos sabemos que el 7 por ciento del electorado es así, pero más nada.
Como decía Pío Socarrás –ex presidente de Cuba hasta su derrocamiento por Batista en 1952- “Tuve que dejar mis libros, para poder leer”.