lunes, 8 de diciembre de 2014

Lo que confirman las recientes elecciones.

        Los recientes comicios vienen a confirmar un conjunto de cosas, de las que es bueno ir tomando nota, porque hace a los cambios profundos que el Uruguay está viviendo.
    En primer lugar, la hipocresía de aquellos que dicen estar en contra el centralismo montevideano y después prefieren de Presidente de la República a un montevideano que a otro de Canelones.
    Lo que está indicando que no va a haber descentralización alguna, porque así la gente lo ha querido.
    En segundo término, el hecho político de que en el Uruguay gobierna la partidocracia y cada vez hay menos espacio para el liderazgo carismático y caudillista. En el Parlamento se vota por disciplina partidaria y la gente aprueba con su silencio, que así deban ser las cosas.



    En tercer lugar, como se puede apreciar en este mapa político de nuestro país, el Frente Amplio gana en el litoral, en la costa, excepto Maldonado y en la frontera con Brasil, excepto Rivera, no así en el interior profundo -Tacuarembó, Durazno, Treinta y Tres, Flores, Florida, Lavalleja-, lo que está indicando que el Frente Amplio gana allí donde los argentinos y los brasileros invirtieron. No nos olvidemos que tanto en Argentina como en Brasil gobierna la misma familia ideológica.
    También emerge como vencedor moral el Partido Nacional que logra convocar a su adversario tradicional y unificar esfuerzos bajo un mismo poncho. Eso es lo más importante que ha ocurrido en 178 años de vivir a los codazos, por decir lo más suave.