lunes, 8 de diciembre de 2014

A mí se me hizo una guerra miserable de silencio soez.

     Si yo me pongo a contar, todas las cosas que me hicieron a mí; no todos han de reír y más de alguno, ha de llorar.
     Me quisieron matar varias veces.
     Pero dejemos cosas tristes, aunque alegrías no haya.
     De mí no va a salir una sola palabra de rencor y de odio, porque trabajo para el amor y absolutamente, más nada.
     Aquel que cree que me estoy destruyendo porque fumo y tomo un traguito insignificante de wisky, ese se equivoca profunda, pero profundamente, así sea Rotario, León, o Masón, o católico práctico, que por lo visto, es lo único que los unifica.
      ¡Pobrecitos! ¡Perdónalos señor, no sabe lo que dicen!

 

No erren el tiro, van a matar a un hombre.