Hoy
ocurre algo parecido a los de los tiempos de la dictadura militar fascista. Un
sector ignorante nos sopla en la nuca.
Les
molesta todo.
La
educación que recibimos.
El
nivel cultural que tenemos.
El
lugar donde vivimos.
El
trabajo en que estamos.
Los
conocimientos adquiridos en el trajín de la marcha.
La
posición corporativa que conquistamos con sangre, sudor y lágrimas.
Los
viajes que hicimos.
Los
libros que leemos.
El
solo y simple hecho de existir ya les molesta.