jueves, 16 de octubre de 2014

El Uruguay es el país de la más alta participación electoral en el mundo.

    Cuando se hace una matriz FODA sobre fortalezas y debilidades, hay que pensar bien lo que se pone en cada lado.
    Considerar, por ejemplo, que haber sido Ministro y Senador es una fortaleza, me parece precipitado y el que se precipita, se precipita.
    Creer que vivir estudiando los temas de la agenda parlamentaria es una ventaja comparativa, no deja de ser un error grave.
    Existió gente muy estudiosa, excelentes legisladores, políticos de raza, que incluso fueron Presidentes de Cámara, con toda la responsabilidad que eso implica, que se largaron por lista propia y nadie los votó. Lo que está indicando que en la intención de voto confluyen otros factores más gravitantes.
    La gente en el Uruguay no decide su voto los últimos 15 días al acto comicial, sino por lo menos 6 meses antes.
    Lo que ocurre es muy simple: como los políticos viven insultándose entre ellos, nadie quiere hablar con nadie y se reserva la decisión que tiene.
    Las encuestas están mintiendo y ya se verá. No darse cuenta de esto es comerse muchas pastillas.

 

Vázquez tiene podrido a todo el mundo