viernes, 21 de febrero de 2014

Las incoherencias de un discurso sobrador.


        Vázquez no quiere discutir con Constanza Moreira y se sienten molestos por el perfil y el estilo político que tiene. Dijo que ya discutió mucho y en cada acto en que participa contra el primero que la emprende es contra Jorge Larrañaga. Este lo desafía a discutir y no contesta.
        Es fácil entender que tanto Vázquez como su equipo no quieren que se ventile nada, ni hacia adentro, ni hacia afuera. Quieren manejar sin argumentos a la gente a manijazos contra el Carlanco “derechista”.
        No saben hacer otra cosa y por ende, no quieren que nadie “haga olas” ventilando alguna cuestión que por insignificante atente contra la campaña que tienen pensada, dirigida exclusivamente al hombre “que se cortaría las manos” si tuviera que votar a los blancos o los colorados, es decir, al voto cautivo de aquel que aunque no le guste las cosas del Frente, igual lo vota. Ese hombre no es nada improbable que en las internas o no va a votar o vota a Constanza Moreira.
        La situación llega a tal punto que dos Ministros –Bonomi y Huidobro- y el mismísimo Presidente de la República se ven obligados a intervenir en la interna partidaria como si todos los uruguayos fuéramos miembros de “la fuerza política”. Si se tiene en cuenta que según las encuestas que lo dan seguro Presidente a Vázquez, Constanza Moreira en la interna representa un 10 por ciento, no se ve la causa por la cual están tan molestos con ella. En todo caso si lo que Cifra dice es cierto, lo más adecuado sería hacerle una guerra de silencio. Llama la atención este hecho, porque si Constanza Moreira provoca esa reacción en el Gobierno, quiere decir que la pezuña de alguna vaca gorda debe estar pisando.
        En el tema de la educación es donde se ve con más claridad la desprolijidad y la incoherencia en la que viven. Mientras para Vázquez no hay que exagerar y la única solución que tiene a mano es más presupuesto, cuando todos sabemos que la problemática de la educación no se arregla con más dinero, porque es como echarle agua a un barril sin fondo, ya que cuantos más recursos le dan, peor funciona, luego del discurso de Vázquez el Ministro de Educación y Cultura, Ricardo Ehrlich dice que "los resultados de la educación media no se corresponden con la tradición nacional, con las necesidades sociales y productivas del país".
        Según el Ministerio de Educación y Cultura: "los niveles de repetición y los porcentajes de culminación en educación media son muy malos". Y esto no está dicho en un contexto fuera del momento en que estamos, sino pocos días después del discurso de Vázquez diciendo que no hay que exagerar con la realidad de la educación. ¿Quién los entiende?
        Vázquez cuestiona el mecanismo de medición que utilizan las pruebas PISA, pero en el 2005, a nivel de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto le pedía dinero al Fondo Monetario Internacional argumentando que los puntajes en las pruebas PISA 2003 eran una demostración de que la educación no bajaba el nivel con la crisis y por ese motivo se comprometía a continuar con este tipo de mediciones. Ahora que despilfarraron el dinero dándole a la educación más recursos que nunca, resulta que los mecanismos de medición de las pruebas PISA son cuestionables y la solución es darle más dinero.
        Que la educación funciona mal no lo dice solamente Larrañaga lo está diciendo en el mismo momento el Ministerio de Educación y Cultura de este gobierno.
        Es evidente que, como decía Rafael Alberti, “Se equivocó la paloma”. Lo que Alberti quería decir es que lo más puro y sublime también puede equivocarse, cuando la sociedad transita por el carril de las simpatías extraviadas.
        Lo mismo que dijo Sigmund Freud cuando le preguntaron sobre el triunfo de Hitler en Alemania: “¡Qué quiere que le haga si 40 millones de alemanes se enamoraron de un burro!”.

        Esperemos que no se equivoque la paloma y que los uruguayos en esta hora incierta del panorama mundial y regional no se enamoren de un burro.