Soy
un convencido que en sí, propiamente dicho, Bachelet, no es una mala persona.
El tema es que en política no alcanza con no ser malo, hay que tener buenos
asesores y un equipo de trabajo conducente y eficaz.
Bachelet
cuando fue presidente cometía errores gruesos y graves y tenía que salir Lagos
a ayudarle para que pudiera gobernar.
Vivir
la política como el producto de las circunstancias y no tener brújula más allá
de lo momentáneo, no es buena cosa.
Hoy
Bachelet es rehén del partido comunista, que usa a los estudiantes como carne
de cañón, para salir del ostracismo al que la misma izquierda los condenó. Los
comunistas chilenos son tan impresentables en política, que los otros grupos de
izquierda tienen que decirle “ándate de acá, porque me comprometes”. No tienen
el ideario de Allende, están en la época de Allende que es peor.
Si
triunfa Bachelet en las internas, le va a ser muy difícil de seguir adelante. Sacarse
la baldosa del apoyo comunista, no es moco de pavo.
Un
ejemplo clarísimo para entender la mentalidad de Bachelet. Como una niña década
del 60’ va a Cuba con cara de adolescente de aquellos años. Habla con Fidel
Castro como quien conversa con Dios. Al otro día Castro sale a decir una cosa
que no estuvo en la conversación y se descuelga con el hecho de que Chile no le
da salida al mar a Bolivia. Dice Castro: “Si les importa tanto la justicia
social a los chilenos, porque no le dan a Bolivia la salida al mar”. Tema este
del que no se había conversado.
Cuando
llega Bachelet a Chile todos la interrogan acerca de qué cosa estuvo hablando
con Castro y con cara de no sé qué pasó, sale a decir que no tiene nada que ver
con eso que está diciendo Castro. Bolivia perdió la salida al mar, por haberle
hecho la guerra a Chile en 1895 y el que pierde una guerra es quien paga. No es porque Chile sea
malo. Lo de Castro, parece una venganza contra la izquierda responsable que
cuida las finanzas y la macroeconomía.
La
oposición se apiado de ella y no quiso ponerla entre la espada y la pared,
porque era evidente que es una mujer tonta e ingenua.
Otro
ejemplo. La llaman desde el Uruguay para que venga a conversar. Bachelet, bien
asesorada no quiere saber nada con los socialistas uruguayos, porque sabe lo
que son oscuramente. En determinado momento se apiada y les dedica cuatro
horas. El único tema que tenían era la muerte de Allende y Bachelet cuando le
hablan del “compañero Presidente” dispara de Uruguay, como Thomas Mann de la
Muerte en Venecia.
Creo
que es una buena mujer. El problema es que no alcanza con ser bueno. Hay que
estar bien asesorado y tener apoyos políticos conducentes al norte y la
brújula.